El presidente Andrés Manuel López Obrador informó ayer de los avances significativos en el proceso de descentralización del gobierno federal, enfatizando la pronta conclusión de las nuevas instalaciones de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) en Nuevo Laredo, Tamaulipas, antes del término de su administración.
Durante su administración, López Obrador ha promovido la descentralización como un elemento clave de su política gubernamental.
Ayer, en la conferencia matutina en Palacio Nacional, reafirmó su compromiso con este proceso, a pesar de los desafíos impuestos por la pandemia.
“Todo lo que tiene que ver con aduanas se va a descentralizar”, aseguró, destacando que el tiempo restante de su gobierno será suficiente para completar las instalaciones de aduanas en Nuevo Laredo. Este proyecto es parte de un esfuerzo más amplio para reubicar diversas dependencias federales fuera de la capital del país.
El Presidente también mencionó avances en otros sectores, como el traslado de algunas operaciones de Energía a Tabasco y de Conagua a Veracruz; sin embargo, reconoció que algunos proyectos, como la reubicación de la Secretaría de Educación Pública a Puebla, podrían no completarse en su mandato.
López Obrador subrayó la importancia de la descentralización no sólo como una estrategia administrativa, sino también como parte de un plan más amplio para el desarrollo regional y la sustentabilidad.
Criticó a los “fanáticos neoliberales” por su enfoque en el mercado, reiterando la necesidad de una planificación estatal responsable y enfocada en el bienestar social. Además, enfatizó el cumplimiento de la mayoría de sus 100 compromisos de campaña, incluyendo el control del precio de la luz y la expansión en la generación de energía eléctrica.
También mencionó esfuerzos adicionales no previstos en sus compromisos iniciales, como la conservación y promoción de zonas arqueológicas en la región maya.
La descentralización del gobierno, aseguró el Mandatario, es un paso fundamental hacia un México más equilibrado y sostenible, enfocando el desarrollo en regiones con recursos naturales abundantes, como el agua, y alejándose de la concentración excesiva de población y servicios en áreas ya saturadas, como la Ciudad de México y el Estado de México.