La Fiscalía General de Justicia Militar investiga a los 16 soldados detenidos por la ejecución de cinco civiles además del robo de dos armas, un fusil Barret calibre 50 mm y una ametralladora M240 calibre 7.62x51 que sustrajeron de la camioneta negra, tripulada por las víctimas.
El Teniente de Infantería José Luis Nava Martínez, además de ordenar el asesinato a sangre fría de los cinco civiles, es el responsable del hurto de las armas, además de equipo táctico, cargadores, fornituras, cartuchos hábiles.
Los militares robaron de la camioneta de sus víctimas, los chalecos antibalas con placas para protegerse de balas de grueso calibre, cascos tácticos y diversos objetos de valor.
El personal militar involucrado en el robo de las dos armas, con un alto valor en el mercado negro y que serían utilizadas por los soldados para actividades ilícitas, tripulaban las unidades número 0916347, un SandCat 0916579 y un Humvee 0916033
La camioneta negra tripulada por los civiles armados choca contra la barda de la tienda Smart Zapata a las 14:36 horas del 18 de mayo, instantes después la colisiona el SandCat.
A las 14:39 horas sacan el Barret calibre .50 mm de la camioneta y lo ponen en la parte trasera del camión blindado de SEDENA.
A las 14:40 horas con 20 segundos la ametralladora M240 es sustraída –es evidencia- y subida al SandCat, así como diversos objetos, entre ellos equipo táctico y al menos dos cascos; a las 14:41 horas, el SandCat se retira del lugar, llevando las armas robadas y que ahora son objeto de investigación por la FGJM.
En el Informe Policial Homologado rendido por el Teniente de Infantería José Luis Nava Martínez, se da conocer que en otros vehículos –abandonados a tres cuadras, en Monterrey y Lago de Chapala- se encontró una Barret calibre 50 mm, que fue puesta a disposición de la FGR.
A la Fiscalía General de la República se entregaron 7 Fusiles Scar, 1 arma cal. 5.56 mm. y 1 fusil Barret Cal. 50 mm., así como 68 cargadores de diferentes calibres y 4 camionetas.
Las armas robadas por el personal militar no fueron entregadas a la FGR o a la FGJM, y ahora son objeto de investigación, porque se desconoce el uso que le vayan a dar los soldados que las hurtaron.