En Nuevo Laredo, un padre de familia y su hijo, un estudiante de secundaria, estuvieron al borde de la tragedia cuando fueron víctimas de un incidente provocado por miembros de la Guardia Nacional, quienes colisionaron deliberadamente con su vehículo y los amenazaron con sus armas.
El padre y su hijo, que recién habían salido de la escuela secundaria y se dirigían a su hogar en un automóvil Chevrolet Spark del modelo 2015, se vieron involucrados en el incidente.
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El incidente tuvo lugar a pocos metros de llegar a su residencia, en el cruce de las calles Soledad Sáenz y Ramón Puente en la colonia Francisco Villa, cuando una patrulla de la Guardia Nacional colisionó intencionalmente con el vehículo familiar.
Tras el impacto, otra patrulla bloqueó su ruta y un grupo de aproximadamente diez agentes de la Guardia Nacional salió de los vehículos oficiales, amenazando con abrir fuego contra el padre y su hijo. Los agentes apuntaban con fusiles de gran calibre como si se tratara de delincuentes. Una tercera unidad llego por la parte trasera.
Las calles fueron cerradas al tráfico mientras los agentes de la Guardia Nacional inspeccionaban al hombre, a su hijo y su vehículo, sin encontrar ningún objeto ilegal.
Al darse cuenta de su error, los miembros de la Guardia Nacional intimidaron al padre de familia, amenazando con "plantar" drogas o armas si no se hacía responsable del accidente, que había sido provocado deliberadamente por los militares.
Temeroso de que su hijo o él fueran detenidos injustamente por delitos que no habían cometido, el hombre aceptó hacerse cargo de los gastos de reparación de su vehículo, mientras que los elementos de la Guardia Nacional se dieron a la fuga como si fueran criminales.