Las acciones positivas casi no se cuentan, pero gracias a las redes sociales nos enteramos de momentos que si bien no acaparan las noticias nacionales, sí hacen felices a las personas que nos rodean. Un hombre le compra todos los algodones a un adulto mayor para regalarlos a los niños.
Durante la semana, mientras los pequeños disfrutaban de una noche divertida en el Parque Viveros, un abuelito que vende algodones en las calles de la ciudad, se encontraba ofreciendo su deliciosa mercancía.
Compra todos los algodones
La noche ya había caído sobre la ciudad y el anciano aún no había podido vender la mayor parte de sus mercancía; seguía con su lento andar ofreciendo a los visitantes del parque sus algodones de azúcar.
Al igual que otras noches, todo indicaba que ese día sería de pocas ventas. Resignado, el algodonero aún mantenía la esperanza de vender uno o dos unidades más de sus productos.
Un hombre joven, conmovido por ver los intentos infructuosos del vendedor de la tercera edad, se le acercó y le ofreció comprarle todos los algodones.
El anciano no podía creer la acción del sujeto y la sorpresa le emocionó de sobremanera.
La segunda acción positiva de la noche fue cuando el "héroe anónimo" le pidió amablemente al hombre que repartiera todos los algodones entre los niños que jugaban en el parque.
El algodonero empezó a repartir sus productos entre los pequeños, quienes con una gran sonrisa le correspondían agradecidos la dulce golosina.
Una usuaria de Facebook tomó fotos de la enternecedora escena y no dudó en subirla a su cuenta personal para describir la acción del comprador.
Muy bonito el gesto del señor que le compró todos los algodones al señor y se los regaló a todos los niños del parque. Muchas gracias, en menos de 15 minutos el señor acabó con toda su venta
De inmediato su publicación se viralizó en los grupos de la cibernauta y los comentarios de agradecimiento no se hicieron esperar, felicitando al "misterioso comprador" por desembolsar dinero de su cartera tan solo para hacer feliz al hombre mayor y de paso poder sacar una sonrisa en las caritas de los niños que con gran felicidad comían el dulce.
La acción de este 'héroe anónimo' que le compró todos los algodones al abuelito es digna de reconocer, ya que estos pequeños gestos cambian vidas y fortalecen la fe en las valiosas personas que habitan esta comunidad fronteriza.