La escuela unitaria de la colonia Los Artistas (en la periferia de la ciudad) inició también clases ayer, pero no como el resto de las escuelas, pues sus necesidades son muchas y sus posibilidades pocas.
A diferencia de los otros planteles, ellos no tienen un salón decorado, sino ladrillos grises y sin pintar; no cuentan con aire acondicionado, sólo pueden aspirar a tener las ventanas abiertas, pero no son suficientes para mitigar las altas temperaturas de un verano que aún no concluye.
Con un techo de madera, un sanitario cubierto con una cobija vieja y desgastada y una lámina oxidada, con todo su mobiliario reciclado, la escuela unitaria es una extensión de la primaria Heroica Militar, que gracias al director de dicha institución, los niños que egresan pueden contar con documentación oficial para seguir su educación secundaria.
En esta escuela se atiende a niños de primero a sexto grado, todos en una sola aula, atendidos por el maestro Efraín de la Cruz y personal de apoyo. Ubicada al poniente de la ciudad, brinda atención a más de 80 menores y comenzó a funcionar desde hace nueve años, pero al estar ubicada en una colonia irregular, ha tenido que moverse en más de tres ocasiones, pues utiliza predios o viviendas prestadas por los vecinos.
El ciclo escolar en esta nueva normalidad aún con la pandemia, sigue reflejando carencias y desigualdad, pues no todas las escuelas están en las mismas condiciones, pero sí con maestros que tienen la vocación de enseñar, de forjar nuevas generaciones.