El 18 de julio de 1956 se inauguró el Monumento a Benito Juárez, ubicado en el centro de la glorieta de la avenida Reforma y Baja California, siendo presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines y el presidente municipal, doctor Héctor González Lugo. Y 66 años después, la estatua en bronce forma parte del paisaje urbano de Nuevo Laredo.
La escultura es obra del artista mexicano Juan Fernando Olaguíbel Rosenzweig (1896-1976), educado en la Academia de San Carlos; autor de obras escultóricas como La Diana Cazadora, La Fuente de Petróleos y el Monumento a El Pípila.
Participaron en este monumento, los tallistas David y Joaquín Gutiérrez B., y se realizó con fondos de la extinta Junta Federal de Mejoras Materiales, siendo Agustín Arriaga Rivera, su presidente, además de la cooperación del pueblo a través del patronato promonumentos de esta ciudad.
Es una escultura vaciada en bronce de casi tres metros de altura, colocada en una columna clásica, recubierta de cantera con motivos labrados, de aproximadamente ocho metros que nace en el centro de una fuente de cantera, con una plataforma circular y obra de jardinería.