Al menos tres de cada 10 menores entre los 12 y los 18 años -de algunos sectores de la ciudad-, han consumido en algún momento de sus vidas mariguana y/o alcohol, según los resultados obtenidos por las encuestas del tamizaje que se realizó en las escuelas de educación básica y preparatoria de Nuevo Laredo.
La muestra se realizó en grupos completos de 30 alumnos en promedio, tanto públicas como particulares, modalidad que hasta ahora se pudo retomar con el regreso de los estudiantes a las clases presenciales.
A nivel nacional y local, María Guadalupe Gallegos, coordinadora de Salud Mental y Adicciones, comentó que lo que más se consume en este rubro de edad es la mariguana y el alcohol, y si bien se han tenido cambio, siguen siendo estas dos sustancias tóxicas con las que más contacto llegan a tener los menores.
Comentó que con el trabajo que se viene realizando con los jóvenes, se ha visto que han empezado a probar este tipo de sustancias tóxicas desde la primaria, pero en donde se ve más marcado es en la secundaria esta problemática de salud, pero por su edad, se pueden realizar muchas acciones para rescatarlos de las adicciones, a diferencia de los estudiantes de preparatoria, ya que son más renuentes a recibir terapia psicológica.
Gallegos manifestó que desde el año pasado, estas acciones se deben aplicar en menores de 6 años, pero por la pandemia no se logró. Este año con el nuevo ciclo escolar se podrán llevar las pláticas y los tamizajes para prevenir desde pequeños las adicciones, ya que se han detectado niños consumiendo alguna de estas drogas, una lícita y la otra ilícita.
“Antes las pláticas en primaria eran a partir del quinto grado escolar, ahora con la incidencia en niños más pequeños será a partir de primer grado”, afirmó.
Enfatizó que se considera que los menores se inician en las adicciones con los amigos o en las fiestas, pero con este tamizaje han arrojado que es en casa donde se tiene el primer contacto con el alcohol, en las reuniones de las familias y ante el descuido de los padres.
Añadió que los niños y adolescentes con mayor vulnerabilidad son llamados junto con sus padres para apoyarlos a dejar estas adicciones, situación que sorprende a los progenitores, pues no imaginaban por la situación que pasan sus hijos.