El doctor Manuel Ceballos Ramírez fue un hombre generoso, sensible en las cuestiones humanas y muy religioso, como profesional entregado, su interés por Nuevo Laredo de alguna forma lo tradujo conservando el patrimonio documental de la ciudad, así lo describió Carlos Zúñiga Garza, coordinador del Archivo General del Municipio Juan E. Richer, a quien se consultó tras conocerse el deceso del cronista.
Nacido en Nuevo Laredo, el 14 de octubre de 1947, el investigador y académico se especializó en movimientos sociales de la Iglesia y los católicos durante el siglo XIX, la Revolución Mexicana y temas relacionados con la frontera norte, falleció a los 74 años acompañado de su esposa Ana Laura Martínez de Ceballos, sus hijos Manuel y Ana Laura Teresa Ceballos Martínez.
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Zúñiga Garza dijo que el historiador y cronista neolaredense defendió mucho el archivo antes y después de ser nombrado como segundo director del Archivo General del Municipio en 1990 y difundió la historia de su ciudad natal real, basado en investigaciones y lo compartió en 22 libros de su autoría, y siendo coautor de capítulos en otros libros en 34 ocasiones.
“Fue un hombre que no sólo fue un jefe sino también un maestro que me transmitió a lo largo de 22 años sus conocimientos, me enseñó mucho y lo valoro”, comentó al referirse al director, autor de artículos y reseñas en revistas académicas.
“Va a ser un año que el doctor estaba mal y resistió; mi experiencia de laborar con él desde 1999 cuando llegué recién egresado de la Facultad al Colegio de la Frontera Norte fue buena, sabía que ahí había un campo para mí como sociólogo y empecé a trabajar con él, tenía 24 años”, manifestó.
Contó que al estar cerca del intelectual profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UAT y miembro activo de la Academia Mexicana de la Historia, tuvo la oportunidad de aprender en términos de trabajo y personal del estudioso, quien ha sido su primer y único jefe.
“Sus amplios conocimientos de filosofía, teología, de alguna manera me los transmitió y eso me ha servido mucho para crear mi filosofía de vida, durante todos estos años fui madurando con él, era muy metódico y afable”, destacó el coordinador del archivo.
Añadió que conoció autores y libros a lo largo de dos décadas a su lado y se preocupó por enseñarles, algo que valora además de ese don de gente, la capacidad para relacionarse con todos y en ocasiones bromear, su extensa trayectoria a lo largo de la vida del intelectual lo confirman.
El doctor Ceballos Ramírez se hizo merecedor de varios premios, entre los que destacan el del Comité Mexicano de Ciencias Históricas, por “La encíclica Rerum Novarum” y los trabajadores católicos de la Ciudad de México, en 1984, el premio del comité por “Rerum Novarum en México: 40 años entre la conciliación y la intransigencia (1891-1931)”, en 1987, medalla al Mérito Histórico Capitán Alonso de León, por la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, en 1993, el premio Universitario Gral. y Lic. Bernardo López García, por la UAT, en 1997, y en el 2002.
“El equipo que deja el doctor en el archivo conformado por ocho personas, es un equipo que está comprometido a continuar su legado”, finalizó Zúñiga.