A casi dos años de la pandemia en Nuevo Laredo, la modalidad de clases en línea ha dejado al descubierto la inequidad de los alcances entre estudiantes de nivel básico, pues mientras algunos cuentan con equipos y conexión, así como un espacio adecuado para estudiar, en algunos hogares no existen los recursos para que los pequeños puedan aprender a distancia.
“La pandemia afectó en gran medida a las familias de escasos recursos, esto es más evidente en la respuesta de los alumnos a las tareas educativas.
Para poder responder y atender oportunamente a sus maestros, los padres de familia deben invertir constantemente en tiempo aire para enviar trabajos o simplemente para estar al tanto de lo que los docentes les están indicando.
Lo anterior debido a que aún hay muchas familias que no pueden darse el lujo de pagar un servicio de internet en casa y mucho menos de cable”, aseguró un maestro que atiende escuelas al poniente y centro de la ciudad.
En Nuevo Laredo, hay 120 mil 296 viviendas habitadas, de las que sólo el 58.7 por ciento -70 mil 613- tiene cobertura de internet, de acuerdo con el último censo del Inegi, que reveló también como apenas el 39.7% de los hogares en Nuevo Laredo (47 mil 757 viviendas) tienen una computadora.
Al inicio del inicio de este ciclo escolar el Crede había estimado que cerca de 20 mil 500 alumnos de educación básica en Nuevo Laredo presentaron problemas para conectarse a sus clases en línea, ya sea por cuestiones de intermitencia, pero conforme pasa el tiempo tanto los docentes como padres de familia han buscado las estrategias para mantener la conexión con los estudiantes aunque no se ha logrado el 100%.
“Aún hay muchas familias que no pueden darse el lujo de pagar un servicio de internet en casa y mucho menos de cable”, señaló el docente, que pidió mantenerse en anonimato.
Destacó que existe otro fenómeno que se está observando, es la apatía de algunos padres de familia en cuanto a la atención de sus hijos hacia las labores escolares, pese a que algunos maestros diseñaron estrategias para entregar ejercicios de manera física en los planteles y posteriormente recopilarlos en las mismas instalaciones en días específicos.
“Algunos padres simplemente no atienden ni por vía virtual, ni presencial. Algunos argumentan su miedo a los contagios y la falta de recursos para estar invirtiendo constantemente en tiempo aire”, expresó.
El docente puntualizó que de seguir la educación a distancia, será necesario el apoyo a los sectores más populares de la ciudad para que cuenten con una red de internet inalámbrico en óptimas condiciones para que no exista pretexto que impida realizar las labores escolares.