En Nuevo Laredo, por su clima caluroso, tomarse una chelita se antoja. En los años 90 y todavía en la década de los 2000, existían algunas cantinas y bares, incluso hasta estos días, algunas siguen vigentes. Pero en aquellos años eran centro de reunión y muchas de ellas se ubicaban y ubican en el primer cuadro de la ciudad.
Por ejemplo, enfrente de la Plaza Hidalgo, por la calle Doctor Mier casi esquina con Ocampo estaba El Rey, en donde las personas podrían disfrutar de una buena cerveza, música en vivo y hasta ver televisión. Los fines de semana, comentan que se ponía lleno y con buen ambiente.
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En la calle Ocampo e Hidalgo existía otro bar, La Herradura, grande y también era centro para reunirse con los amigos y pasar un rato agradable. También había música en vivo y se podía bailar muy a gusto gran parte de la noche.
En la esquina de Hidalgo y Galeana se ubica El Íntimo Bar que abría desde tempranito, y hasta se podía llegar en camión, pues ahí llegaban muchas rutas de camiones para empezar de nuevo con los recorridos. A toda hora sonaba la buena música y era ideal para la hora de la comida escuchar un par de canciones y una bebida para bajar la comida.
Si uno no quería ir al Íntimo, en contra esquina se encontraba La Redacción, donde algunos periodistas llegaban a ese lugar para platicar con los colegas y discutir los temas del día, mientras tomaban unas frías, una botana y escuchaban unas cuantas canciones.
En la esquina de Ocampo y González había otro, El Gambrinos, una muy buena ubicación, además le daba un toque de clásica cantina, pues las luces eran tenues, con su barrita y bebidas para escoger. Al igual que en El Íntimo a toda hora se escuchaba la música cuando se abría la puerta, además uno salía y podía comerse un burrito, que en aquellos años estaban como en 3 o 5 pesos.
Había más bares y cantinas que iremos mencionando para recordar buenos tiempos, como La Montera, La Cascada y otros más que fueron tan populares entre los ciudadanos de esta frontera.