Mientras las familias neolaredenses preparan la cena especial del Día de Acción de Gracias, La iglesia cristiana Alcance Victoria compartió platillos de pavo con los más vulnerables en la plaza Insurgentes. Migrantes, indigentes y personas de escasos recursos cenaron el tradicional pavo “Venimos a compartir los platillos de pavo con ellos”, informó Arturo Hernández, integrante de la iglesia.
Desde temprana hora, por iniciativa de Oscar Orozco, de 53 años, después de sobrevivir él y su esposa del covid-19, hizo la invitación en la iglesia y la aceptaron. Voluntarios del templo a cargo del pastor Juan y Susana Villavicencio, empezaron a preparar y cocinar platillos desde el martes.
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Comparten cena de Acción de Gracias
Hoy dieron el toque final al pavo y sus complementos desde las 4:00 de la mañana y empezaron repartir por la tarde los platillos en este día especial.
Arturo Hernández, coordinador de los festejos del 25 aniversario de la iglesia, dijo acerca de la iniciativa:
Es el segundo año y vamos por tres que llegamos a repartir entre ellos la comida, llegamos por lo regular el martes y hoy es especial, no solo con nuestros seres amados, sino también considerándolos a ellos, además del 25 de diciembre y 1 de enero
La fila de personas en espera de un platillo parecía interminable, algunos de ellos en condición de calle en ocasiones no pueden ingerir alimento por falta de recursos al ser deportados o extranjeros en esta ciudad fronteriza. Ellos se mostraron sorprendidos por la calidez con que se ofreció la comida sin costo alguno.
Uno de ellos es Fernando Vázquez, nacido en la capital del país hace 73 años. El adulto mayor afirmó que trabaja poco por su edad y vive en condición de calle, se mete en casas vacías para refugiarse cuando puede, como en una ubicada por el parque de Beisbol La Junta en la colonia Viveros.
“Es bueno que compartan porque batalla uno mucho, ya de viejo no siempre encuentras trabajas, en veces tiene uno hambrita, poquito cuando se puede, pero come uno y estoy agradecido por este plato”, manifestó el adulto mayor.
Lilia Raquel Cuéllar García, de 74 años, comía con avidez en una banca de la plaza Insurgentes. Además del pavo, puré de papa, pasta, pan blanco y un vaso de soda o café podían acompañar el platillo. La mujer que vive en Washington 3411 y avenida Obregón comentó:
¿Era pavo verdad? Está bien sabroso, lo disfruté. Gracias a Dios pues si se puede
El coordinador de los festejos de plata, Arturo Hernández, reflexionó: “Por gloria de Dios estamos vivos y nos levantó y salimos de este proceso, invitamos a otros y muchos tenían temor de enfermar de covid-19 y nos tocó ver aquí la gente que llegaba y se moría; no podíamos ayudarlos ni auxiliarlos, es compartir la palabra y los alimentos. Hay gente que necesita dentro y fuera quien les lleve de comer. Lo hicimos antes en el hospital de zona del IMSS y el Hospital Civil”, dijo.
Añadió que aunque no fueras cristiano y haces el bien al prójimo, no es solo en las casas que ven para ellos. El señor Orozco. quien cocina pavos para vender, dedicó su tiempo para ellos.
Hernández, se dijo satisfecho, ya que cada vez son más las personas que se suman a este proyecto los martes por la tarde, para llevar alimento a quien lo necesite en la plaza Insurgentes y mañana viernes, fecha en la que celebrarán el 25 aniversario de la fundación de la iglesia Alcance Victoria en punto de las 7:00 de la tarde en el Centro Cívico.