Con asadón en una mano y un bote en la otra, Juan Fernando se alista para limpiar las tumbas en el Panteón Municipal Antiguo.
A sus 12 años, el alumno de primer grado de la escuela Secundaria Técnica 78, en la colonia VYT 3, este niño está tratando de apoyar económicamente a su familia.
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Aunque apenas está creciendo, al escucharlo hablar pareciera de mayor edad. Sabe lo que quiere, lo que tiene y lo que necesita hacer para cumplir sus sueños.
"Vengo a limpiar tumbas en el Panteón Municipal Antiguo para sacar algo de dinero; he sido carpintero y ayudante de albañil. No quiero terminar o hacer las cosas mal, al contrario, quiero estudiar y trabajar".
Juan Fernando Hernández Treviño, estudiante con talache en mano, vive en la colonia Voluntad y Trabajo 4 con sus padres Pedro Hernández Muñoz y su madre, de quien reservó el nombre. Admitió que es la primera vez que se ocupa en estas labores a una distancia considerable de su hogar.
"Llego al panteón con el permiso de mis papás, con un compañero -Jonathan de 11 años-, y por ahí anda una señora con dos niñas que también se dedican a limpiar las tumbas”, dijo el niño de 12 años.
Contó que su padre, de 52 años, trabaja en un taller mecánico arreglando tráileres, pero él en su corta vida ha desempeñado varias actividades sin descuidar sus estudios fuera del horario escolar.
“Vengo después de la escuela y me voy antes de que cierre el panteón, quiero seguir estudiando y de aquí sacar algo de dinero para mis gastos”, explicó Juan, mientras giraba el talache en su mano izquierda.
Aislado frente a las oficinas del cementerio, está en espera de alguna persona que solicite sus servicios de limpieza. La aglomeración en el sitio apenas empieza.
"Por ahora no hay mucha gente, pero en unos días, sí; no he sacado casi nada, luego será mejor como todo. Mi mamá me dice que me cuide y lo hago, si no hubo quien me ocupe, mañana sí”, finalizó antes de retirarse.
Así que si lo ve en el Panteón Municipal Antiguo no lo dude, bríndele la oportunidad de sumar a la economía familiar.