Una madre trabajadora, dedicada a su familia, llena de amor y alegría, vio su vida cambiar en un fin de semana, cuando tras un chequeo médico le detectaron un tumor en uno de sus senos.
Verónica Estrada ve su lucha como un aprendizaje de vida, que la impulsa a disfrutar cada momento, como si se tratara de la más preciada de las memorias; es una mujer que describe su historia como una oportunidad de vida, donde ganó grandes aprendizajes y amistades que se volvieron familia. Un ejemplo de superación.
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Primeras señales
Vero comenzó a notar un inusual cambio de peso. Su ropa cada vez le quedaba más floja sin hacer ejercicio o dieta, un hecho que le intrigó. Fue entonces cuando en el 2016 notó un bulto en el seno izquierdo, una señal que le resultó muy preocupante, por lo que de inmediato acudió a una revisión médica.
Guiada por sus médicos, a quienes llama "ángeles", Vero fue paso a paso en su diagnóstico. Primero se le realizó una oscultación, luego una mastografia, después un ultrasonido y finalmente una biopsia, estudios que llevó a su ginecólogo, el doctor Marco Alejandro Li, un médico que a pesar de no ser especialista en el área, le demostró su dedicación y apoyo en todo el proceso.
El Doctor Marco fue un ángel terrenal que llegó a mi vida, en ese momento tenía mucho miedo y me sentía derrumbada. El médico me dijo que nunca me iba a abandonar, me ayudó en aquel duro momento y hasta la fecha ve por mí; es un gran amigo.
Duro golpe
Vero fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa 2, una noticia que cambió su vida, su cuerpo y sus sueños. En menos de un mes fue sometida a una cirugía de mastectomía a manos del cirujano oncólogo Javier Ortiz. Su recuperación fue dura, pero su esposo y sus hijos le demostraron un gran amor que la impulsó a seguir luchando.
Tras la cirugía, Vero esperó dos semanas para saber qué procedería, pues de no recibir un diagnóstico alentador tendría que pasar por otros tratamientos como la radioterapia. Para su fortuna, el resultado fue favorable, pues con la cirugía su cáncer entró en remisión de 5 a 10 años.
Desde aquel momento, Vero se somete a constantes revisiones médicas, primero cada mes y, tras seis años de su cirugía, acude cada seis meses a sus chequeos médicos.
Alienta a las mujeres que pasan por el cáncer
Ahora, con "una nueva vida y propósito", Vero recuerda aquellos momentos como una oportunidad de superación que le dejó bellas enseñanzas, en donde conoció personas increíbles que se quedarán en su corazón por siempre, aunque lamentablemente algunos perdieron la batalla en el camino.
Encontré seres maravillosos que lamentablemente ya no se encuentran en esta vida y que me dejaron un legado que me inspira a cumplir mi misión en la vida, uno de ellos es un niño llamado Ángel quien me enseñó que ante la adversidad hay que sonreír porque el cáncer no sólo se lleva el tiempo y momentos, sino que también quita personas.
Para concluir su historia, Vero Estrada invita a todas aquellas mujeres que han sido diagnosticadas y se encuentran en la lucha a tener fe.
Hay varias cosas de las que debemos de motivarnos: Dios, los médicos, la familia y lo más importante: TÚ. Éstas son cuatro cosas de las que nos deberemos de apoyar para salir de la lucha.