Una muñeca de porcelana que llegó hace 17 años a Nuevo Laredo desde Nueva York parece ser de otro mundo. Desde la vitrina del comedor de una casa en la colonia Campestre, la señora Yolanda guarda celosamente un regalo de su nieta que ha causado desde ternura hasta terror.
Parecía ser un obsequio especial, pero terminó siendo mucho más que eso. Ésta es la historia.
Te podría interesar
El regalo perfecto
La señora Yolanda, quien tiene 86 años, deseaba tener una muñeca desde su juventud, pues en su niñez nunca tuvo una. Cuando su nieta le regaló a "Lydia", una figura de porcelana con apariencia angelical, ojos grandes en color celeste, una melena dorada y un delicado vestido azul adornado con finos encajes, parecía ser el regalo que siempre soñó.
Así comenzó todo
Como todas las abuelitas, la señora Yolanda colocó a su muñeca en la vitrina de la sala, donde formaría parte de la decoración del hogar; sin embargo, con el paso del tiempo, la familia comenzó a notar que la muñeca cambiaba de posición constantemente.
Según relató para El Mañana de Nuevo Laredo, Luciano "Chano" Ríos, hijo de doña Yolanda, constantemente tienen que acomodar la muñeca, pues cada que la colocan de frente al pasar el tiempo ésta "se mueve". En ocasiones, "Lydia" aparece recargada o caída hacia los costados o su cabeza está volteada o sus extremidades cambian de posición.
Un brazo hacia arriba o una pierna levantada. "Lydia" parece no ser una muñeca normal y la familia ya está acostumbrada.
"Chano" contó que la muñeca comenzó a moverse unos años después de que llegó a la casa y coincidió con el cambio de color de sus ojos. De un bonito color celeste con toques esmeralda se transformaron a un tono rojizo que causa escalofríos a todo aquel que se atreve a mirarla.
Cuando comenzó la actividad paranormal, la señora Yolanda pensó que colocar un rosario en el cuello de la muñeca sería la solución, sin embargo, pareció no ser del agrado de "Lydia". Días después, el crucifijo del rosario desapareció sin que nadie encontrara una razón lógica.
Tener una muñeca "poseída" podría preocupar a otras personas; sin embargo, la familia de la señora Yolanda no tiene miedo, al contrario, está completamente encariñada con ella.
La matriarca guarda un profundo cariño a "Lydia" y seguirá conservándola por siempre.