“ Mi padre Guadalupe Martínez, de 80 años, subió al techo y clavó las mismas láminas dañadas porque todo se mojó y seguía lloviendo; Cáritas nos apoyó con una despensa después de la tormenta pasada, informó Andrómeda Martínez de la colonia El Bayito 1.
Desde la tormenta ocurrida el 17 de mayo, Guadalupe Martínez y su esposa Lucía Vega manifestaron estar desesperados al tener dos recámaras sin techo que se habían volado, sin contar los barrotes y madera que resultaron con algunos agujeros por donde se filtraba el agua.
“Nadie nos apoyó, mi padre fue a pedir apoyos y le dijeron que esperara por si calificaba, nunca le dijeron nada y se desesperó; él mismo subió y arregló como pudo el techo con ayuda de un primo”, contó.
Explicó que a pesar de la avanzada edad y la preocupación de su madre y de ella misma, estuvo trabajando en el techo por varios días sin ser posible comprar láminas nuevas o en mejor estado y colocó las viejas con múltiples perforaciones que permiten la entrada de la humedad en las recámaras.
“Ya están viejas y muy maltratadas pero no se pudieron comprar otras, de hecho las paredes que también son de madera se deterioraron”, manifestó la señora Martínez que vive en calle Bayito 302.
Al observar las habitaciones donde se encontraban sus hijas Gema y Leilan Azapala de 10 y 5 años que se habían quedado sin techo, se podían ver las uniones expuestas de un barrote a otro.
“Se cansó de esperar a que le ayudaran a mi padre, hizo lo que pudo y ya es mayor, pero no pudieron ayudarnos con nada”, concluyó.