El amor por Nuevo Laredo y el medio ambiente es su mayor inspiración, y es por eso que para don Carlos Arturo Veloz Díaz no es problema invertir su tiempo y su pensión para plantar árboles por diversas partes de la ciudad con la firme convicción de inspirar a los más jóvenes.
Don Arturo lleva 11 años jubilado, tiene 71 de edad y muchas ganas de generar un cambio en la ciudad y promover una cultura del cuidado del medio ambiente. “Esto de los árboles me atrae de manera natural, a raíz de mi jubilación tuve más tiempo y dediqué algo de ese tiempo a plantar árboles en algunos lugares públicos, con la mira también de cuidarlos, porque no nada más es de plantarlos y dejarlos ahí, un árbol es como un hijo”, explicó don Arturo.
Bajo la premisa de que las ciudades son para disfrutarse y no para sufrir en ellas, este hombre busca espacios para plantar árboles de la región y hacer de Nuevo Laredo un lugar más amigable.
“Esta labor mínima, pero no inútil va en ese sentido, de tratar de ser más amigable, más agradable a una ciudad en sus espacios públicos, esa es la razón”, afirmó.
La mano de don Arturo ha llegado a diversas partes de la ciudad y aunque la pandemia lo detuvo por más de un año, ha dejado huella en sectores como el Centro, Los Aztecas, Viveros, entre otros. Siempre procura que los árboles sean de la región para que sobrevivan al clima extremo de Nuevo Laredo.
“Yo recibo la pensión de ‘68 y más’, entonces parte de esa pensión la destino a la compra de árboles y la compra de herramienta que me puede servir para la atención de esos árboles”, destacó.
Y aunque recibe comentarios en el sentido de que su labor no generará un cambio significativo, está seguro que su ejemplo arrastrará a otros para que se unan a la iniciativa de plantar un árbol.
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“Hay quien sí está de acuerdo, otros me dicen que no debo hacerlo porque no voy a lograr nada, pero tenemos otras visiones, yo pienso que el mundo va a cambiar y va a mejorar cuando cambien tu y mejores tu; yo me preocupo por lo que está a mi alcance y no me angustio por lo demás, mi esfuerzo no es inútil”, señaló.
Recientemente, Nuevo Laredo pasó por dos fenómenos naturales que causaron gran daño en árboles, lo que motivó a otros ciudadanos para que también tomaran la iniciativa de reforestar. Esto alienta a don Arturo para seguir con su labor y dar marcha atrás a los efectos negativos del cambio climático.
“Hay una tendencia a crear superficies impermeables y que a veces tengan un fin utilitario, no he encontrado aquí un área verde que sea exclusivamente verde, todas tienen bancas, asfalto, banqueta y a mí me gustaría un bosque”, apunta el entrevistado.Su mayor satisfacción es ver a los árboles que compra con su pensión crecer en medio de la adversidad ya que no sólo se enfrenta a un clima hostil sino a una falta de cultura ciudadana en Nuevo Laredo para el cuidado y respeto del medio ambiente.