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Honra a la Virgen con gran escultura

Su fe y devoción han hecho que la maestra jubilada María del Refugio Cuéllar García, cumpla uno de sus más grandes sueños, honrar a la Virgen de Guadalupe

Escrito en NUEVO LAREDO el

Su fe y devoción han hecho que la maestra jubilada María del Refugio Cuéllar García, cumpla uno de sus más grandes sueños, honrar a la Virgen de Guadalupe con una escultura de más de dos metros de altura a la puerta de su hogar y a la vista de la comunidad.

“Soy una persona de fe y cuando comencé a construir mi casa pedí que me dejaran un espacio en la terraza porque siempre tuve la convicción que en algún momento tendría un altar para ella. Hace dos años encontré a la persona perfecta para que materializa mi sueño, un escultor cuyas obras son hermosas y destacadas, pero me llevó casi 27 años”, contó.

La virgen fue trasladada desde Yahualica de González Gallo, Jalisco, mide 2.45 metros de altura y pesa más de una tonelada, por tal motivo fue indispensable utilizar una grúa industrial para colocar la imagen en un altar. De esta manera rodeada de ángeles y una banca del mismo material, piedra cantera blanca, el sueño se hizo realidad.

MANOS DEL ESCULTOR
Don José Íñiguez Villalobos, oriundo de Yahualica, un pueblo mágico ubicado en el Estado de Jalisco, no es la primera vez que viene a Nuevo Laredo a aportar con su arte, pues en el año 1992 en compañía del arquitecto Florentino Medina, contribuyó con esculturas de dioses en el exterior de las oficinas de Comapa, como la madre tierra, la Diosa de la Muerte, el Dios de la Lluvia y Quetzalcóatl.

En compañía de sus dos hijos, Ricardo y Cesar, realizan verdaderas obras de artes que han distribuido alrededor de la república; un trabajo que señala como laborioso, pero que requiere de mucha pasión por el arte.
“Nos llevó dos meses y medio terminar la virgen, un trabajo muy detallado que requiere de inspiración y sobre todo de mucha pasión, porque aquí no hay moldes, solo herramientas como martillos y escoplos para crear lo que nos piden los clientes”, señaló.

El labrado de cantera no es una actividad nueva para don José, ha sido una enseñanza que fue transmitida por su padre, y de ahí ha ido pasando de generación en generación.

“Mi padre, debido a la decadencia que había en el rancho brincó al pueblo, ahí en aquel tiempo había un trabajo que era acabar un templo de cantera, trajeron personas de otros lados para enseñar a los del pueblo a trabajar, de ahí salieron varios artistas, mi papá acabó ese templo y contribuyó con otros, ahí inició el linaje”, resaltó.

El proceso que inicia desde los bancos de piedras, con la selección de la roca en bruto para comenzar con la obra, le ha sido reconocido nacional e internacionalmente a José Íñiguez, pues ha sido designado Hijo Ilustre de Yahualica de González Gallos, realizó el Señor del Encino en la parroquia de San Miguel Arcángel, entre otras que lo han destacado en su labor.