El estrés no sólo provoca daños en la salud mental, sino también al organismo; puede llegar a ser el detonador del herpes zóster, también conocido como culebrilla; el tener un control físico de las emociones evita que esta enfermedad se desarrolle. José Martínez Martínez, director del Hospital General de Zona no. 11 del Seguro Social, explicó que en aquellas personas que padecieron de varicela, regularmente en la infancia, el virus se queda alojado en el tejido del sistema nervioso y posteriormente, cuando el organismo está débil, las defensas bajan y se entra en un estado de inmunosupresión, y se reactiva y genera el herpes zóster.
Destacó que esta enfermedad por lo general es benigna, la secuela más seria es el dolor, sin embargo, hay manifestaciones más severas que pueden afectar cualquier parte de la cara, ojos, córneas e incluso el cerebro (encefalitis viral) y causar problemas serios de salud. El especialista alertó que otros de los factores de riesgo son padecer enfermedades como insuficiencia renal crónica, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), pacientes con cáncer o en quimioterapia, diabetes o hipertensión, así como infecciones mal atendidas que debilitan el sistema inmunológico y lo dejan vulnerable.
Subrayó que la fatiga crónica, el cansancio extremo o la ansiedad, son condiciones que van minando el sistema inmunológico, por lo que también pueden detonar el padecimiento. Reiteró que el herpes zóster es una infección viral, del mismo grupo que provoca la varicela, que causa una infección en la piel, sumamente dolorosa; ésta puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero se presenta con mayor frecuencia en el torso (entre cuello y cintura) y puede ser contagiosa en la fase de vesícula. El médico del Seguro Social resaltó la importancia de contar con un diagnóstico certero y así brindar el tratamiento idóneo.