150 AÑOS DE HISTORIA

Las cárceles de Nuevo Laredo: El Palomar y La Loma

En el edificio de la Presidencia Municipal, el sótano era utilizado para encerrar a los infractores de la ley, pero cuando llovía, se inundaba

El Palacio Municipal y Estatal “El Palomar” albergó las instalaciones de la Inspección General de Policía Municipal en la década de los 80´s.
El Palacio Municipal y Estatal “El Palomar” albergó las instalaciones de la Inspección General de Policía Municipal en la década de los 80´s.Créditos: CORTESÍA RAYMUNDO RÍOS MAYO
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El Palacio Municipal y Estatal “El Palomar” albergó las instalaciones de la Inspección General de Policía Municipal, en el lugar se acondicionaron las celdas para llevar a las persona s detenidas, recordó Raymundo Ríos Mayo, presidente de la Sociedad Histórica de Nuevo Laredo.

Además de ser el nuevo despacho de la Presidencia Municipal en el trienio 1981-1983 y otras dependencias estatales, en el sótano funcionaba de la misma forma que en el Palacio Federal y se manejaba a los reos por diferentes delitos.

Era conocido también como los sótanos de la SIPOL (Servicio de Investigación Policiaca), “Desgraciadamente este edificio había sido construido con otro propósito y se tuvo el problema en distintas ocasiones que con lluvia ligera se inundaban los sótanos de la Inspección de Policía y era necesario trasladar a todos los reos hacia las instalaciones de la cárcel ‘La Loma’, en la colonia Hidalgo”, recordó Ríos Mayo.

Habitantes de la colonia Hidalgo recuerdan que desde 1933 se conoció la existencia de la cárcel La Loma, como cuenta la ciudadana Esther Almanza, quien vive en calle González y Colima.

“Un plano fechado el 5 de marzo de 1954, levantado a solicitud del H. Congreso del Estado en la parte superior derecha aparece la ubicación de la cárcel original en calle Mina y avenida Monterrey, el contrato de obra para la construcción de la cárcel municipal y juzgados se edifico en la manzana 4 del plano oficial de la colonia Hidalgo”, especificó.

Juan Ochoa González. residente de Laredo, Texas, de la Compañía Constructora y Urbanizadora Nuevo León, presentó la mejor propuesta de acuerdo a las actas de cabildo. Agustín Charrón y Jesús Martínez también las presentaron.

El dictamen de revisión de los proyectos fue elaborado por el ingeniero A. García Benítez, comisionado del gobierno del Estado.

El Ayuntamiento de Nuevo Laredo representado por Luis G. Acuña síndico, Jesús María Tercero Notario Público No. 34 en ejercicio de esta ciudad realizaron el contrato de obra el 1 de agosto de 1927, volumen 9 folio 288 instrumento 653.

nPlaca conmemorativa del Centro de Reclusión de Nuevo Laredo construido por la desaparecida Junta Federal de Mejoras Materiales.

“En este documento notarial se establece que la compañía constructora antes mencionada tiene la obligación de erigir el edificio destinado para cárcel y juzgados y establece las especificaciones”, dijo.

Cimientos para los muros de crujías, cimientos para la administración, juzgados, bardas, muros, cerramientos, techos, pisos, bajadas de agua, puertas, herrajes, ventanas, escaleras, rejas, instalaciones para el agua, muebles sanitarios, tres mingitorios, cuatro regaderas, así como dos tanques lavadores, drenaje, energía eléctrica, talleres, cocina equipada y el tipo y calidad de materiales a utilizar.

“Queda establecido un plazo de cuatro meses a partir del 15 de agosto de 1927 para que la constructora lleve a cabo la edificación, el costo de la obra será de $32 mil 250.00 ( treinta y dos mil doscientos cincuenta pesos plata mexicana) de los cuales $16 mil fueron pagados en el acto y 16 mil 250 restantes una parte en el mes de octubre próximo con el 40% que corresponde al Municipio sobre los impuestos del Estado que cobrará en ese mes la segunda colecturía de rentas en la ciudad”, explicó Ríos Mayo.

El resto se pagaría en el mes de enero de 1928 de la misma forma acordada, en el Periódico Oficial del Estado número 36, con fecha del día 4 de mayo, aparece el decreto del 23 de abril de ese año marcado con el No.16 y se autoriza destinar un terreno propiedad del municipio para la construcción de la cárcel municipal.

Dentro del Penal había una panadería y cafetería que se llamaba “La Loma”.

“Martín Aréchiga fue alcaide de la cárcel ‘La Loma’. El 1 de julio de 1938 había 38 reos del Estado y tenían un costo diario de $0.40 sumando un total de $30.40, y 21 reclusos federales con u la inversión diaria de $0.50 sumando un total de $110.50, además de 13 reos correccionales con un costo de $0.40 sumando un total de $5, 50, en total habían 110 reos con un costo diario de $146.10”, describió.

El 15 de septiembre de 1938, el alcaide Martín Aréchiga informa al presidente municipal Pablo Peña González 1937-1938, de la fuga de Juan Castillo alias “El Chalequillo”, durante la cena. Ríos Mayo recordó que en junio de 1954 cuando terminó su educación primaria y su hermano José asistía a la Escuela Primaria Profesor Cosme Pérez que había iniciado sus actividades en septiembre de 1944 bajo la dirección de la profesora Bertha Cantú de García, ya en esta fecha existía el edificio original de la cárcel “La Loma”.

“Todas las madrugadas mi hermano José y yo cruzábamos por el lado sur de la manzana donde estaba la cárcel municipal frente a la avenida Monterrey, en el lado nororiente en un cuarto de manzana, lo demás era terreno baldío, entonces estudiaba en la Academia Comercial Justo Sierra tomando clases de taquimecanografía y teneduría de libros, vi el comienzo de la obra”, recordó.

El 26 de febrero de 1954 se planeó la cárcel municipal, un mercado popular y un rastro en la misma colonia Hidalgo, en la época era presidente de la JFMM el ingeniero Juan Bravo y el Doctor Zaragoza Cuéllar García presidente municipal, los dueños de los terrenos ubicados en la misma loma al lado norte del cuartel militar que era de interés para el municipio, eran José María Rendón, Manuel F. de la Garza y Alonso Treviño Cavazos. Para 1954, ya estaba lista La Loma.