Nuevo Laredo es reconocida como una de las principales aduanas de América Latina, se podría decir que todo comenzó con la llegada del ferrocarril a esta frontera gracias al presidente Porfirio Díaz Mori.
Antes de su renuncia como presidente de México un 25 de mayo de 1911, Don Porfirio Díaz fue un fuerte impulsor del ferrocarril en el país, donde el municipio de Nuevo Laredo fue uno de los más beneficiados por esta acción.
En aquella época hablar del ferrocarril era hablar de desarrollo y conectividad, por ello la relevancia de este proyecto que le daba al país ese toque de modernidad.
Fue hace 139 años, en 1881, cuando se construyó un puente ferroviario que conectaba Nuevo Laredo con Laredo, Texas; tenía una longitud de mil 700 pies y fue costeado por el gobierno de México.
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Datos del Archivo Histórico Municipal, datan que el 20 de noviembre de 1881 pasó la primera locomotora de la compañía Ferrocarril Nacional Mexicano, la cual se conectaba a Monterrey, de ahí a Saltillo, San Luis Potosí, San Miguel de Allende, Querétaro hasta llegar a la Ciudad de México.
Procedente de Corpus Christi, Texas, el tren de carga cruzó a territorio mexicano a través de este puente, que tenía por nombre “Porfirio Díaz” y que se ubicaba donde justo ahora está el llamado “Puente Negro”.
Además, en 1887 el cónsul de México en San Antonio, Texas obtuvo la concesión para la construcción de un puente urbano que permitiera el paso de personas, tranvías y carretones, para remplazar los medios de cruce anteriores; este puente también llevó el nombre de “Porfirio Díaz”.
El puente se inauguró el 9 de abril de 1889, con un estimado de 5 mil asistentes a la ceremonia, en este lugar, el sr. Santos Benavides, dio el discurso que abriría el paso de Nuevo Laredo y Laredo, Texas al mundo por medio de este puente.
A pesar de estimarle un período de vida de 25 años, el 28 de abril de 1905 un huracán derrumbó dos secciones del lado sur del puente.