En un hecho que ha causado profunda indignación en redes sociales y entre la ciudadanía, una mujer fue captada gritando insultos racistas a un policía en la colonia Condesa, en la Ciudad de México. La frase “¡Odio a los negros como tú!” quedó registrada en video y rápidamente se viralizó, desatando una ola de comentarios de repudio hacia esta conducta inaceptable.
Los hechos ocurrieron en plena vía pública, cuando el agente aparentemente realizaba su trabajo regulando el tráfico en la zona. En el video, que circula en distintas plataformas digitales, se observa cómo la mujer, visiblemente alterada, se aproxima al oficial y le lanza una serie de insultos cargados de odio racial. Ante los ataques, el agente mantiene la compostura, evitando reaccionar con violencia.
La respuesta en redes sociales
Miles de usuarios condenaron el acto racista, exigiendo que la agresora sea identificada y sancionada. Algunos incluso han pedido que se presente una denuncia formal ante el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED) de la CDMX.
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“Personas así deben ser exhibidas, no solo por justicia sino para que su entorno social y familiar sepa con quién convive”, escribió una usuaria en X (antes Twitter). Otros señalaron que este tipo de expresiones reflejan una discriminación estructural que aún persiste en muchas capas de la sociedad mexicana.
¿Qué dice la ley?
En la Ciudad de México, el racismo y la discriminación están penados por la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Este tipo de agresión podría derivar en sanciones administrativas o incluso penales si se acredita daño psicológico o afectación en el servicio público.
COPRED, organismo encargado de atender estos casos, ha reiterado que cualquier persona puede presentar una denuncia cuando se vea afectada por conductas discriminatorias, ya sea por raza, tono de piel, origen étnico o cualquier otra condición.
Una herida abierta en México
Este incidente ha abierto nuevamente el debate sobre el racismo en México, un problema muchas veces minimizado pero profundamente enraizado.
Aunque nuestro país se enorgullece de su diversidad, aún quedan actitudes que necesitan ser enfrentadas desde la ley, la educación y el entorno social.
Como sociedad, el silencio no puede ser opción. Exhibir estos actos es el primer paso para que no se repitan.
La justicia, la empatía y la responsabilidad social deben imponerse sobre el odio.