La prohibición de pistolas de agua llamó la atención luego de que Rebeca Peralta, legisladora del Congreso Local de la CDMX impulsara una reforma para sacar del mercado artefactos lúdicos que simulan armas.
La iniciativa pretende limitar su presencia en comercios y replantear el tipo de objetos que se ofrecen a la niñez, bajo el argumento de que reproducen comportamientos asociados con la agresión.
Quieren prohibir las pistolas de agua
El planteamiento se enmarca en una discusión mayor sobre la responsabilidad social de la industria juguetera y su influencia en las primeras etapas de desarrollo.
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El proyecto legislativo, turnado a comisiones, propone ajustar normas comerciales y marcos de protección a menores para restringir la fabricación, distribución y exhibición de estos artículos.
La autora de la propuesta sostiene que, aun cuando se trate de versiones coloridas o de uso recreativo, su diseño favorece la normalización de dinámicas hostiles.
Durante la época navideña estos productos se encuentran a la venta sin limitación alguna y con precios que varían ampliamente, lo que evidencia un mercado en expansión.
Sin embargo, psicólogos infantiles mencionan que los comportamientos violentos no se explican únicamente por el contacto con juguetes de apariencia bélica.
Combinación e factores
De acuerdo con especialistas, la agresión infantil responde a una combinación de circunstancias familiares, socioeconómicas y emocionales mucho más complejas. Enfatizan que reducir el fenómeno a un solo factor puede desviar la atención de problemáticas de fondo, como la ausencia de redes de apoyo, la exposición a conflictos en el hogar o estilos de crianza coercitivos.
A pesar de las diferencias, existe coincidencia entre analistas y representantes legislativos en la necesidad de promover alternativas que impulsen la imaginación y el juego simbólico.
El dictamen seguirá su curso mientras se analizan sus posibles impactos en la convivencia social.
