La renuncia oficial de la FGR, presentada por Alejandro Gertz Manero este jueves activó de inmediato los protocolos establecidos para la dimisión de la persona encargada de dirigir el organismo autónomo.
Su salida, notificada oficialmente al Senado, deberá ser revisada y votada conforme a los lineamientos que rigen la estructura jurídica de la Fiscalía General de la República.
Gertz Manero envió su carta de renuncia a la Senadora Laura Itzel Castillo Juárez, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la que señala que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lo propuso como Embajador de México "en un país amigo", que trascendió se trata de Alemania.
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"Dicha propuesta me va a permitir la posibilidad de continuar sirviendo a mi país en una nueva tarea que me honra y que agradezco, ratificando así mi vocación de servicio público de tan larga trayectoria, razón por la cual, a partir de esta fecha y con todos los efectos legales que correspondan, me estoy retirando de mi actual cargo como Fiscal General de la República".
Gertz Manero renuncia: lo que sigue
La normativa contempla un conjunto específico de pasos que determinan la validez y continuidad del proceso, siempre bajo el principio de causa grave.
La legislación federal establece que la dimisión debe justificarse bajo una circunstancia de alta relevancia institucional. Esta causa, catalogada como grave, no solo debe exponerse ante el Senado, sino acreditarse mediante los mecanismos de evaluación que se activan en cuanto se recibe la notificación formal del o la titular.
Una mayoría simple de las personas presentes en la Cámara Alta es suficiente para ratificar o rechazar la separación del puesto.
Paralelamente, la Ley indica otros supuestos que pueden desencadenar la salida de quien encabeza la Fiscalía, aunque no necesariamente por renuncia.
En particular, la remoción por parte del Ejecutivo federal procede en situaciones vinculadas con responsabilidades administrativas o delitos que ameriten prisión preventiva automática.
Estos escenarios requieren que la persona titular incurra en conductas tipificadas en la normatividad o en faltas que vulneren la integridad del cargo.