Después de años de quejas, operativos y multas, una jueza federal otorgó a Uber una suspensión definitiva que permite a sus conductores recoger y dejar pasajeros en todos los aeropuertos del país, incluido el de Monterrey, sin riesgo de sanciones ni detenciones por parte de autoridades o concesionarios de taxis.
La resolución representa un cambio histórico en la movilidad aeroportuaria mexicana, especialmente en terminales como la regiomontana, donde los usuarios enfrentaban esperas de hasta dos horas para conseguir transporte y tarifas que en ocasiones superaban el costo del vuelo.
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Hasta ahora, los pasajeros sólo podían recurrir a taxis autorizados o al transporte público limitado, opciones que muchos consideran insuficientes y poco accesibles. En el Aeropuerto Internacional de Monterrey, por ejemplo, los taxis privados cobran hasta mil 200 pesos hacia municipios del Área Metropolitana, y hasta mil 850 pesos para destinos más lejanos como Santiago o García.
La ruta exprés Aeropuerto–Y Griega, creada en 2021 como alternativa económica, tampoco ha resuelto el problema, ya que opera con horarios reducidos y sin aire acondicionado en varias unidades. Ante este panorama, la llegada formal de Uber ofrece una alternativa más rápida, segura y accesible, tanto para los viajeros como para los conductores.
Reacción oficial y contexto internacional
La resolución llega en un momento clave, Monterrey se prepara para recibir miles de visitantes durante el Mundial 2026, y la movilidad será un factor esencial. El gobernador Samuel García celebró la noticia en redes sociales:
Por fin se logró. Ahora nuestro nuevo aeropuerto tendrá Metro, Transmetro, camiones verdes, Uber y más plataformas.
Con esta decisión judicial, México se alinea a las tendencias de otros países donde las plataformas digitales ya operan libremente en zonas aeroportuarias, consolidando un paso decisivo hacia una movilidad más moderna, competitiva y centrada en el usuario.