La banda de tiempo, también conocida como correa de distribución, es un componente esencial en el funcionamiento del motor de cualquier vehículo.
Este elemento garantiza la sincronización precisa entre el cigüeñal y los árboles de levas, permitiendo que las válvulas de admisión y escape se abran y cierren de manera adecuada en coordinación con los pistones. Si esta sincronización se pierde, el motor puede sufrir daños graves, afectando su rendimiento y funcionamiento.
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Una banda de tiempo está fabricada de goma con dientes, los cuales se ajustan a las ruedas dentadas del cigüeñal y los árboles de levas.
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Gracias a este mecanismo, el motor opera de forma fluida. Sin embargo, si el cigüeñal y los árboles de levas no están correctamente sincronizados, pueden presentarse fallas que comprometan la eficiencia del motor, como la apertura prematura de las válvulas de admisión o escape.
Esto podría derivar en una pérdida de potencia, mala combustión o incluso daños costosos dentro del motor.
La banda de tiempo y la cadena
Existen dos tipos de sistemas de distribución: la banda de tiempo y la cadena de tiempo. La primera es de caucho y suele ser más ligera y silenciosa, mientras que la cadena es de metal y puede durar más tiempo antes de requerir un reemplazo.
A pesar de que las correas de distribución fueron populares desde la década de 1960, hoy en día muchos fabricantes han optado por retornar a las cadenas debido a su mayor durabilidad.
El momento adecuado para reemplazar la banda de tiempo varía según el fabricante, pero en general, se recomienda hacerlo entre los 60,000 y 100,000 kilómetros.
No realizar este mantenimiento a tiempo puede resultar en una falla catastrófica del motor, lo que implicaría reparaciones costosas. Al cambiar esta refacción, es aconsejable sustituir también la bomba de agua, ya que esta tiene una vida útil similar y resulta más eficiente hacerlo en conjunto para reducir los costos de mano de obra.