El Servicio de Administración Tributaria (SAT) es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Su responsabilidad es aplicar la legislación fiscal y aduanera, para que las personas físicas y morales contribuyan proporcional y equitativamente al gasto público, según su portal oficial.
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Una vez que eres mayor de edad, tienes la obligación de registrarte en el SAT, independientemente de si estás trabajando o no.
En el caso de no estar trabajando, es importante especificar que no tienes obligaciones fiscales.
El SAT es una autoridad muy estricta, por lo que todo ingreso de dinero debe ser notificado, a fin de esclarecer su origen.
Si no declaras los ingresos a tus cuentas bancarias, el SAT eventualmente lo descubrirá y podrá aplicar sanciones, que suelen ser multas bastante elevadas y pueden desestabilizar tu economía.
Si recibes un depósito superior a 15 mil pesos mexicanos, tendrás que pagar impuestos al SAT. Esto busca garantizar la transparencia con el órgano y que cumplas con tus obligaciones fiscales.
Lo anterior supone que, si recibes una transferencia mayor a 15 mil pesos, es porque ya tienes un empleo o negocio (debidamente registrado) que genera ingresos, y, por lo tanto, debes cumplir como contribuyente con el gasto público.
Considerando esta información, la cantidad de depósito que puedes hacer para evitar llamar la atención del SAT es menor a 15 mil pesos o, como máximo, dicha cantidad.
Aunque los procedimientos del SAT son rigurosos, son necesarios para mantenerte en buenos términos con este órgano.
En cuanto a las transferencias electrónicas, no deberías preocuparte por la cantidad de dinero, ya que no tienen un límite y no generan impuestos.
Si realizas una transferencia, asegúrate de que el concepto sea claro y directo, para evitar investigaciones del SAT.