VIDA SALUDABLE

¿Hijos mayores en casa afectan la salud materna?; descúbrelo

La permanencia extendida de hijos adultos en el hogar desafía las expectativas parentales

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Escrito en NACIONAL el

La convivencia entre padres e hijos adultos es común en México y otros países latinoamericanos, la edad promedio a la que los jóvenes mexicanos dejan el hogar familiar es aproximadamente 30 años, similar a otros países latinos.

En los últimos años, especialmente debido al aumento del costo de vida y de la vivienda, se ha observado el fenómeno de los "hijos boomerang": jóvenes que se independizan, pero luego regresan al hogar familiar.

The Conversation señala que aproximadamente el 40% de los jóvenes de entre 25 y 34 años en el sur de México viven con sus padres, una proporción considerablemente mayor que en los países del norte.

La situación de los hijos adultos que no logran independizarse afecta a las familias de diversas maneras. Aunque se presta mucha atención a las dificultades de los jóvenes para establecer su vida independiente, también es importante considerar el impacto en el bienestar de los progenitores.

La convivencia intergeneracional puede tener efectos negativos en los padres debido a los mayores costos financieros y económicos, así como a las menores oportunidades para su desarrollo personal.

Por otro lado, esta convivencia también puede tener ventajas, como ofrecer más oportunidades para una vida social activa y proporcionar apoyo en tareas prácticas.

La presencia de hijos adultos en el hogar familiar va en contra de las expectativas de los padres sobre la transición de sus hijos a la vida adulta, lo que puede causarles ansiedad o frustración, especialmente cuando los hijos son mayores. Además, se investiga si esta convivencia afecta de manera diferente el bienestar de los padres y de las madres.

Según la literatura existente, las madres tienden a responsabilizarse más de mantener los lazos familiares, cuidar de otros miembros del hogar y realizar una mayor parte del trabajo doméstico. En estas circunstancias, parece plausible que el peso de la carga de la convivencia con hijos adultos recaiga más sobre las madres.

La convivencia con hijos adultos mayores de 30 años afecta negativamente el bienestar de los padres, mientras que la convivencia con hijos adultos más jóvenes no parece tener ningún impacto. Al analizar el efecto por separado, se observa que esta disminución del bienestar se debe a una reducción significativa en la satisfacción de vida de las madres, no de los padres.

Además, este efecto negativo está relacionado específicamente con la convivencia con hijos varones mayores de 30 años, ya que la convivencia con hijas no parece tener impacto en el bienestar de las madres.

The Conversation indica que la convivencia con hijos mayores de 30 años afecta negativamente a un grupo importante: las madres, quienes experimentan una considerable disminución en su bienestar (equivalente a una disminución de la salud de "muy buena" a "aceptable").

Estos hallazgos sugieren la necesidad de políticas que promuevan la emancipación de los jóvenes, no solo por su propio beneficio, sino también por el bienestar de sus madres.