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El pollo y su sucio secreto: la amenaza de lavarlo antes de cocinar

Probablemente sigas lavando el pollo antes de cocinarlo, pero antes de hacerlo, es crucial que tomes precauciones

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Muchas personas tienen la arraigada costumbre de lavar el pollo antes de cocinarlo, creyendo que así eliminan bacterias, grasa excesiva o suciedad. Sin embargo, esta práctica es un grave error

Lavar el pollo antes de cocinarlo puede ser peligroso para ti y para quienes te rodean. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), no se recomienda lavar el pollo antes de cocinarlo, ya que esta carne puede estar contaminada con bacterias como Campylobacter, Salmonella o Clostridium. Al lavar el pollo bajo el grifo, se corre el riesgo de salpicar agua contaminada en los alrededores, esparciendo estas bacterias y aumentando el riesgo de infecciones.

El pollo naturalmente tiene una cierta cantidad de bacterias y la mejor manera de eliminarlas es a través del proceso de cocción

explicó el profesor de Microbiología Uelinton Pinto, del Centro de Investigación en Alimentos de la Universidad de São Paulo, Brasil.

Por ello, lavar el pollo antes de cocinarlo no supone un beneficio, si lo que buscamos es eliminar todas las bacterias que puedan contener el pollo y los huevos, lo mejor es llevarlos a una correcta cocción para que las bacterias sean eliminadas por completo, siendo la temperatura ideal por lo menos 70°C.

Una de las infecciones más comunes es la enteritis por Campylobacter, la causa principal de intoxicaciones alimentarias. Esta infección, conocida también como "diarrea del viajero", suele ocurrir durante los viajes. Se contrae al consumir carne de aves cruda, vegetales frescos y leche sin pasteurizar.

Los síntomas que causa esta bacteria cuando provoca una intoxicación alimentaria, de acuerdo con el sitio de MedlinePlus, son los siguientes:

  • Dolor abdominal con cólicos
  • Fiebre
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea acuosa

Los síntomas suelen manifestarse entre dos y cuatro días después de la exposición a esta bacteria. Aunque la infección generalmente se resuelve por sí sola en un período de 5 a 8 días, en algunos casos puede complicarse y provocar secuelas a largo plazo, como el síndrome del intestino irritable o el Síndrome de Guillain-Barré, que afecta el sistema nervioso periférico y puede causar parálisis.

Es evidente que este es un asunto delicado que requiere atención, ya que acciones aparentemente inofensivas pueden tener consecuencias desagradables. Es importante recordar que lo mejor es evitar lavar el pollo y cocinarlo con cuidado y a la temperatura adecuada para prevenir infecciones.