Es casi 'normal' que los maestros exijan ciertos libros a los alumnos con la finalidad de llevar una 'clase de calidad', pero la verdad es que detrás de la venta de libros muchas veces hay un negocio para los profesores donde se pueden llevar hasta la mitad de lo que en realidad cuestan los ejemplares y es que en los casos detectados los alumnos son forzados a comprar sus 'herramientas' de trabajo.
En México la Secretaría de Educación Pública da libros gratuitos a los alumnos de educación básica, los ejemplares son repartidos a los estudiantes para llevar a cabo sus actividades escolares, pero hay escuelas que 'complementan' las clases que más libros que tienen que ser comprados por los estudiantes, incluso hay instituciones educativas que no usan los libros gratuitos y piden 'especiales'.
Las escuelas detectadas con casos de negocios en los libros son los Colegios de Bachilleres (no se tiene el dato en que ciudades), luego de que una profesora con más de dos décadas de impartir clases hizo la denuncia, y es que según la maestra se sangra a los alumnos cada ciclo, la venta de libros deja mucha ganancia para ciertos profesores.
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Profesores beneficiados se llevan hasta la mitad de cada libro vendido
El negocio para los maestros o escuelas comienza cuando las editoriales o librerias envían a representantes cada ciclo escolar, donde se les ofrece a los educadores una utilidad del 40 y 50% en la venta de cada libro, siempre y cuando la venta se lleve a cabo.
“Las editoriales que los manejan les dan a los profesores una ‘retribución’. Si el libro les cuesta 280-300 pesos, de ahí una cantidad va a ser para el profesor”. Dijo la profesora denunciante.
La profesora que señaló el negocio dijo que si de cada libro le sacan 100 o 150 pesos pareciera no ser mucho, pero cuando se multiplica por la cantidad de un salón de clases o todo el plantel las cantidades ya son muy considerables.
“Estamos hablando de una buena cantidad de dinero que, yo profesor, sin autorización y sin que supuestamente se pueda hacer, me voy a estar embolsando semestralmente… sin trabajarlo, gratis y, además, sin pagar impuestos, sin declararlo. Nada”.
Según la maestra denunciante, la manera de presionar a los alumnos de Bachilleres es sutil, pero se sigue presionando a los alumnos para que compren los libros de una manera u otra.
“Los profesores que piden libros no lo manejan como ‘obligatorio’ porque saben que eso podría llevarlos a un exhorto o a alguna ‘nota mala’. Lo que hacen es solicitar el libro y ponerles difícil todo: si no lo traes tienes que copiar todo en el cuaderno (…) o al final los reprueban si no lo compran”. ¿Fotocopiarlo? Ni pensarlo: así “no lo aceptan”.
Según la maestra las autoridades del Colegio de Bachilleres están más que enterados de la situación y hay de dos: no les importa o, si es lo contrario, no pueden hacer mucho al respecto, ya que no hay una manera contundente de comprobar la venta (los pagos se hacen en efectivo o, en su caso, las autoridades no pueden revisar las cuentas de los profesores).
Profesores de otras sedes señalan la misma situación. “Es común en todos”, lamenta Esther. Todo esto fue confirmado por un miembro del Departamento Jurídico del Colegio de Bachilleres. Con información de sopitas.com.