El pasado martes 28 de mayo, el gobernador de Nuevo León Samuel García celebró un bombardeo de nubes, mismo que provocó que la lluvia cayera en la entidad federativa. Pero, ¿cómo funciona este plan? Te contamos. También te puede interesar: fuertes truenos madrugan a la CDMX.
En redes sociales, el mandatario regiomontano escribió: “¡Bien bombardeado, Doroteo! Le dimos con todo en una ruta estratégica para que el agua caiga en la cuenta de la presa Libertad. ¡Ánimo Nuevo León, que caiga el agua!”. Además, agregó dos fotografías, una desde el aire y otra sobre el trazado aéreo que realizaron para cumplir su cometido.
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El bombardeo de nubes no es nuevo, pues desde el siglo XX se ha experimentado con él, aunque actualmente ha cobrado relevancia tras la sequía que atraviesan los países, entre ellos México.
Esta técnica no genera lluvia, sino que incita a que las nubes generen esta reacción. Es decir, se trabaja con un ‘antecedente natural’ y sólo es acelerado mediante el uso de químicos, principalmente con el yoduro de plata que es añadido en una base de acetona.
La mezcla química debe ser dispersada directamente, por lo que el bombardeo de nubes sólo puede ser realizado mediante una aeronave. Al llegar a la altura específica, a través de un dispersor y tanques de presurización se esparce el componente que desatará las lluvias.
Nuevamente, esta técnica no provoca la lluvia, sino que la acelera y la incrementa, en un escenario ideal. De acuerdo con el ingeniero Santiago Argüelles Campos, en entrevista para la BBC, el bombardear nubes provoca que las precipitaciones crezcan entre un 35 y 60 por ciento.
No sólo provocar, sino orientar
De vuelta con el escrito de Samuel García Sepúlveda, no sólo la idea es que crezcan las lluvias en ciertas regiones, en Nuevo León en este caso, sino que caigan en lugares preestablecidos. Con esta acción, las presas pueden mejorar sus niveles, sobre todo tras la sequía a nivel nacional.