El firmamento en el norte de México empezó de manera espectacular con la llegada del eclipse solar del 8 de abril, un fenómeno cósmico que ha cautivado a científicos y aficionados por igual. Mazatlán y Durango fueron los primeros municipios en presenciar este fenómeno astronómico, el más esperado en décadas.
A medida que el eclipse avanza, más de cuatro minutos de oscuridad repentina se apoderan de las localidades ubicadas dentro de la llamada franja de totalidad, un área de menos de 200 kilómetros de ancho donde la Luna bloquea completamente al Sol.
Avanza el eclipse solar 2024
El recorrido de la sombra lunar abarca desde el Pacífico mexicano hasta el este de Canadá. En México, ciudades como Mazatlán, Durango, Torreón y Piedras Negras experimentan poco a poco la oscuridad momentánea durante la fase total del eclipse.
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El espectáculo comenzó en el puerto mexicano de Mazatlán, donde la Luna comenzó a interponerse entre la Tierra y el Sol. Durante la fase parcial, que se prolonga entre 70 y 80 minutos en la mayor parte del continente americano, los cambios en el porcentaje del disco solar bloqueado son graduales. Es esencial utilizar lentes especiales o filtros de soldadura superior a 14 para observar el fenómeno con seguridad.
El momento cumbre llega con el inicio de la totalidad, cuando la Luna cubre completamente la luz solar. Antes de esto, la luz solar se atenúa y aparecen las franjas de sombra, seguidas de las perlas de Baily, una serie de puntos brillantes formados por el paso de la luz a través de los valles y cráteres de la Luna. La desaparición súbita de estas perlas marca el inicio del eclipse total.
Fuera de la franja de totalidad, el eclipse solar es visible de forma parcial, con la Luna cubriendo el disco solar entre un 99% y un 42%. En ciudades como Guadalajara, Ciudad de México y Monterrey, es necesario utilizar gafas especiales para mirar el eclipse directamente en todo momento.
El eclipse solar del 8 de abril ha generado una enorme expectación y ha desplazado a científicos de todo el planeta y a decenas de miles de aficionados para su estudio y observación. Este fenómeno astronómico no solo es un espectáculo celestial, sino también una oportunidad única para comprender mejor el universo que nos rodea.