En Campeche, Jorge Emiliano, un niño de 7 años de edad, murió por una hemorragia cerebral; pese al dolor por su ausencia, sus padres decidieron donar sus órganos a otros niños que estaban en espera para salvarse.
Tras abandonar el quirófano del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Campeche, el pasillo del hospital se llenó de doctores, familiares, amigos, enfermeras y otras personas que inundaron de aplausos, lágrimas y emotivas palabras al paso del cuerpo del pequeño.
"No necesitas una capa para ser un superhéroe, basta con ser donador de órganos", decía uno de los carteles colocados en el pasillo.
Médicos multidisciplinarios, de Toluca, personal de Campeche, Ciudad de México y Jalisco, procuraron el hígado y dos riñones, para luego viajar a Toluca y Ciudad de México y reaplizar los trasplantes a pequeñitos que estaban en lista de espera del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA).