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Si quieres comenzar a probar el Pan de Muerto desde ya mismo, no te puedes perder este top con los cinco recomendados en la Ciudad de México.
Indudablemente los capitalinos disfrutamos de un buen pedazo de Pan de Muerto con un café o chocolate caliente. El sabor a naranja, mantequilla y azar, tan característico de esta pieza la hacen una de las consentidas en la epoca otoñal.
Pese a que esta pieza de repostería es característica del 1 y 2 de noviembre, Día de los Muertos, muchas personas ya han comenzado a consumirla, y tienen sus lugares favoritos.
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Panes de Muerto en la CDMX
- Panadería Rosetta: Ubicada en la calle de Colima, la Panadería Rosetta es una joya culinaria y un éxito de la chef Elena Reygadas. Aquí podrás deleitarte con un pan de muerto que combina sabor y tradición. Puedes elegir entre la receta clásica o una innovadora versión elaborada con ceniza de totomoxtle, una opción que refleja la rica cultura mexicana.
- Lalo!: En la colonia Roma, Lalo!, dirigido por el reconocido chef Eduardo García, ofrece un pan de muerto tradicional con un giro único. Este delicioso pan se acompaña de nata fresca y compota de higo hecha en casa, creando una experiencia de sabor inigualable que no puedes dejar pasar.
- Pastelería Amado: Situada dentro del hotel Hyatt Regency, la Pastelería Amado es un must en CDMX. Con su pan de muerto tradicional que incluye sabores de nata y chocolate regional, también ofrece una versión innovadora en colaboración con el chef Demián Betular: un pan relleno de flan o ate con queso. Sin duda, una delicia que no querrás perderte.
- Maricú Cocina Dulce: La chef Maricú Ortiz, directora del Centro de Artes Culinarias Maricú, es conocida por su excepcional pan de muerto. Cada año, presenta su famosa versión rellena con crema diplomática de vainilla, una combinación que la hace simplemente irresistible.
- Odette: En Odette, lo que más cautiva es la perfección de su pan de muerto. Sin necesidad de chocolate ni rellenos adicionales, su textura suave y delicada ofrece un equilibrio de sabores que lo convierte en un clásico imprescindible en cualquier lista de los mejores panes de México.