La peligrosidad de un sismo no se mide en "grados", sino en función de su magnitud y su profundidad, así como de otros factores, como la distancia al epicentro y la construcción y preparación de la infraestructura en la zona afectada.
La escala más comúnmente utilizada para medir la magnitud es la Escala de Richter o la "Magnitud de Momento Sísmico (Mw)".
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Sismos peligrosos
En general, los temblores de baja magnitud (menos de 4.0 en la escala de Richter) suelen ser considerados como movimientos leves y, por lo general, no causan daños significativos.
A medida que la magnitud aumenta, la peligrosidad es más grande: de 5.0 a 5.9 suelen considerarse moderados y pueden causar daños leves a estructuras débiles.
Los temblores entre 6.0 a 6.9 son considerados fuertes y tienen el potencial de causar daños significativos a edificios y estructuras, especialmente si ocurren cerca de áreas densamente pobladas.
Fenómenos de magnitud 7.0 o superior se consideran peligrosidad importante y pueden tener efectos devastadores, causando daños generalizados y poniendo en peligro la vida de las personas.
Factores
Sin embargo, la peligrosidad real también depende de la profundidad a la que ocurra, la distancia al epicentro, la geología del área y la preparación sísmica de la región afectada.
Por lo tanto, es importante seguir las recomendaciones de seguridad sísmica de las autoridades locales y estar preparado para responder adecuadamente en caso de un movimiento telúrico, independientemente de su magnitud.
La percepción por parte de las personas puede variar dependiendo de varios factores, como la magnitud, la profundidad a la que ocurra, la distancia desde el epicentro y la geología del área.
Sin embargo, en general, se puede decir que los sismos suelen ser perceptibles a partir de una magnitud de alrededor de 2.0 a 2.5 en la escala de Richter.
Mayores de 4 grados
Es importante destacar que las personas pueden sentir sismos de menor magnitud si están cerca del epicentro o si se encuentran en un edificio en el que las vibraciones se amplifican.
Los de magnitud 4.0 o superior suelen ser sentidos por una mayor cantidad de personas y pueden causar daños significativos dependiendo de la profundidad y la cercanía al epicentro.
La percepción también varía de persona a persona, y algunas personas pueden ser más sensibles a las vibraciones que otras.
Además, factores como la hora del día, el estado de alerta de la persona y el ruido de fondo pueden influir en si alguien siente o no un movimiento telúrico.