Uno de los platillos más solicitados el 15 y 16 de septiembre es el pozole, una de las recetas tradicionales populares de México, en gran parte del país, en cualquiera de sus variantes.
El pozole es una preparación jugosa y llena de sabor, hecha a base de granos de maíz cacahuazintle, el cual debe dejarse dos horas en la llama de la estufa hasta que hierva, en donde estos se inflaran desasiéndose de la cáscara fibrosa que lo cubre, dándole una apariencia espumosa al caldo, de ahí el origen de su nombre, que proviene del náhuatl, pozolli, de tlapozonalli, que significa espumoso.
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Siendo uno de los platillos más representativos del país, es importante conocer que se esconde detrás de su receta de carne o pollo, verduras, especias, chiles, orégano y limón.
Pero, cuál es el origen de esta delicia gastronómica y su receta original.
La historia acerca del origen de este platillo, no es igual de deliciosa que un tazón repleto de pozole, ya que esta es bastante ?.
El pozole se puede datar desde el periodo prehispánico de México, entre los años del 1300 al 1521, siendo una preparación dedicada al dios de la fertilidad y la regeneración del maíz y la guerra, Xipe Tópe, preparado a la orden del emperador Moctezuma.
Después de la conquista por parte de los españoles, los frailes de estos colonizadores, se dieron a la tarea de averiguar la receta de este tradicional platillo, el cual, descubrieron que era preparado con carne humana.
Esta carne provenía de soldados enemigos que eran sacrificados y se cocía en agua con maíz, con la que se preparaban tamales y el ahora tradicional pozole.
Sin embargo, otras versiones de esta receta, la misma era preparada con carne de perro, xoloitzcuintle.
El consumo de este platillo estaba reservado solo para un grupo selecto, entre ellos el mismo Moctezuma, pero en la evangelización, tras la conquista, la receta fue modificada.