La cruda realidad le llegó a un hombre antes de que terminara su noche de parranda, cuando se encontraba ingiriendo alcohol en plena vía del tren y terminó siendo arrastrado por la locomotora, afortunadamente sobrevive, pero perdió una extremidad.
Se trata de una persona originaria del estado de Coahuila, de nombre Tomás Herrera, de 65 años, quien se encontraba sobre las vías del tren en compañía de otro amigo, en el municipio de Escobedo, Nuevo León, sobre la avenida Manuel L. Barragán, en su cruce con Benito Juárez, en la colonia Ex Hacienda el Canadá, hecho que ocurrió el miércoles por la noche.
El hombre ya se encontraba muy alcoholizado, él y su acompañante vieron venir la máquina, pero su reacción ya no fue inmediata, por lo que resbaló y cayó a las vías.
Al sitio llegó una unidad de Protección Civil de Nuevo León, policías municipales, así como rescatistas de la Cruz Roja, quienes confirmaron que el hombre tenía una extremidad atrapada entre el disco y un neumático de la locomotora, por lo que fue necesario amputarle la pierna derecha. El hombre herido fue trasladado a un hospital.
Según las autoridades, Tomás fue arrastrado por el tren varios metros, hasta que el maquinista detuvo la marcha.
El impacto emocional por la pérdida de una extremidad
La pérdida de un brazo o una pierna puede tener un impacto emocional significativo en la persona. El individuo puede experimentar emociones como tristeza, enojo, miedo o depresión.
Se trata de prácticamente un cambio de vida, habrá una nueva adaptación y por supuesto la aceptación de una pérdida tan valiosa. Por lo tanto, la persona debe estará lo suficientemente tranquila para asimilar la situación con un estado mental óptimo.
En muchos casos, las personas pueden usar prótesis para ayudarles a realizar ciertas actividades diarias y recuperar algo de funcionalidad. Las prótesis pueden ser diseñadas para imitar la forma y función de la extremidad perdida.