Esta mañana el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, reafirmó el apoyo a su homólogo de Brasil, Lula Da Silva, tras registrarse este fin de semana un intento de golpe de Estado por simpatizantes del ex presidente, Jair Bolsonaro.
Durante la conferencia matutina desde Palacio Nacional, el jefe del ejecutivo confirmó estar a favor del nuevo gobierno del presidente Da silva, luego de sufrir un ataque civil en el predio del Congreso Nacional por una manifestación que pedía su renuncia al cargo. A su vez, destacó cómo Canadá, Estados Unidos y otros países condenaron dichos actos.
"No hubo necesidad de tratar el tema de Brasil (con Biden), porque él ya se había pronunciado, también el primer ministro Trudeau, lo hicieron todos los gobiernos del mundo en rechazo a la actitud antidemocrática en Brasil y a favor del presidente Lula y coincidimos en esto. Vamos a continuar apoyando al presidente Lula que fue electo democráticamente, lo apoyan las fuerzas progresistas de Brasil, de México, del continente americano, es muy satisfactorio el que la solidaridad hacia el presiente Lula no sea sólo de países de América Latina y el Caribe, sino también el apoyo a la democracia en Brasil al presidente Lula también incluya a Canadá, a Estados Unidos y a países de todo e mundo, es un hecho a destacar".
Este domingo, cientos de seguidores del ex mandatario brasileño Jair Bolsonaro invadieron el Congreso Nacional en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Dicho grupo superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, y algunos de los manifestantes ingresaron a la sede legislativa. Después, avanzaron hasta la Praça dos Três Poderes, donde se produjo un enfrentamiento con agentes de seguridad, y se dirigieron al Palacio de Planalto.
Las imágenes muestran una gran marea humana de cientos de simpatizantes de Bolsonaro, quienes lucieron camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil. Durante su avance en el suelo político, atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, destruyendo también barreras de protección y, armados con palos, enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, a los manifestantes.
Tras los sucesos, Da Silva decretó una intervención federal en el área de la seguridad de Brasilia. El mandatario nombró como interventor a Ricardo Capelli, secretario general del Ministerio de Justicia, quien será el responsable de toda el área de Seguridad en la capital hasta el próximo 31 de enero y estará subordinado directamente al presidente.