MOSCÚ.- Rusia ha atacado por la madrugada a Ucrania y ha ido avanzando posiciones a lo largo del día por tierra, mar y aire, en el mayor ataque en suelo europeo desde la II Guerra Mundial. Se han escuchado dos fuertes explosiones en el centro de Kiev en la madrugada del viernes.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha asegurado que al menos 137 civiles y miembros del ejército han fallecido y cientos más han resultado heridos el primer día de la invasión.
En un video publicado en la madrugada del viernes, el mandatario ha lamentado lo que considera una falta de apoyo por parte de la comunidad internacional: “Nos han dejado solos”.
El jefe de Estado ha decretado la movilización general para intentar contener la ofensiva. La ONU calcula que hay más de 100 mil personas desplazadas de sus hogares. La Unión Europea y Estados Unidos han anunciado nuevas sanciones.
“Putin tiene ambiciones mucho mayores que Ucrania. Quiere restablecer la antigua Unión Soviética”, ha dicho el presidente de EU. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha anunciado la invasión, y varias ciudades del este ucranio, desde Sloviansk y Kramatorsk a Járkov, a 30 kilómetros de la frontera, han sido agredidas.
Nos quieren matar El estruendo de la explosión fue tan fuerte que pudo escucharse a mitad de las escaleras por las que bajaban hacia el sótano, sobresaltando a las familias.
Ya estaban aterradas tras el ataque de misiles de la madrugada. Los padres apresuraban a sus hijos para que bajaran los últimos escalones. “¿Están tratando de matarnos? ¿Nosotros qué les hemos hecho?”, quiso saber Valentina Kostenko. “Eso se escuchó muy cerca, tenemos suerte de estar aquí”, dijo mientras jalaba hacia sí a su pequeña hija.
Su esposo Anton cargaba a su hijo y pensó que el ataque “probablemente estaba dirigido a un edificio oficial… están destruyendo los edificios gubernamentales; destruyen nuestras estructuras”. El objetivo en esta ocasión parecen haber sido los GUR: los cuarteles generales de la inteligencia para la defensa que están cerca del centro de la ciudad.
Poco después, una docena de helicópteros artillados rusos M1-28 arrasaron el aeródromo de Hostomel, en las afueras de la capital, disparando ráfagas de cohetes Ataka, con lo que destruyeron numerosas naves e incendiaron los hangares. Mientras los ataques continuaban por aire, tropas rusas y vehículos militares, algunos de ellos aportados por Bielorrusia, avanzaban hacia Kiev por tierra tras violar la frontera a unos 128.7 kilómetros al norte de la ciudad.