Un agente de la Border Patrol veía desde el lado americano a un vendedor de frituras que ofertaba sus antojables productos.
En su improvisado puesto vendía churritos, chicharrones, rueditas que despachaba amablemente a la gente.
Te podría interesar
A border patrol se le antojan las frituras
El agente veía a los clientes cómo el vendedor les abría las bolsitas de frituras, tomaba los limones y se los exprimía derramando el jugo que escurría entre los chicharrones...
Posteriormente y a petición del cliente, les ofrecía la salsita roja Valentina impregnando de un color rojo vivo las calóricas pero riquísimas botanas chatarras.
Asi los compradores se alejaban y se escuchaba el crujir del alimento al consumirlo.
No se aguanta las ganas
Esto fue demasiado para el agente de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos y sin poderse aguantarse las ganas brinco al lado mexicano par comprar una de las bolsita frituras al vendedor.
El agente se encontraba de guardia vigilando las reparaciones que obreros le hacían al muro metálico.
Después de comprar el agente se regresó a su puesto de observación saciando el antojito al que no pudo resistirse.
El fracaso del muro fronterizo
El muro en la frontera de Estados Unidos con México fue el objetivo político más famoso de Donald Trump. Sin embargo, sólo logró levantar 47 millas de la frontera durante su mandato.
Aunque fue elegido con el apoyo republicano en la Cámara y el Senado, el financiamiento del muro no fue una prioridad legislativa. Y desperdició su mejor oportunidad en un acuerdo bipartidista para pagarlo.
En febrero de 2018, siete senadores demócratas ofrecieron proporcionar 25 mil millones de dólares en fondos para un muro. A cambio, los republicanos otorgarían estatus legal a millones de inmigrantes ilegales que llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad.
Recula Trump
Esto pudo haber significado una doble victoria para Trump. Podía cumplir con su base y suavizar su imagen al mismo tiempo.
Pero entonces Trump inexplicablemente cambió sus intenciones y quiso acabar con la migración en cadena y la lotería de la diversidad, dos categorías de inmigración legal.
Trump concedió una entrevista de 35 minutos en junio de ese año. Dijo que el país necesitaba más inmigrantes, y cuando mencionaron su respaldo anterior a las grandes reducciones en la inmigración. ¿La reacción? “No estoy de acuerdo con ese aspecto”, nos dijo Trump.
El misterio permanece: ¿Había cambiado el expresidente su opinión sobre los niveles de inmigración legal y luego se había olvidado o había mentido cuando habló con los periodistas?.
Puede que nunca se sepa; incluso, es posible que Trump tampoco lo sepa nunca. Solo algo se puede concluir del historial de inmigración del ex presidente: si no sabe lo que quiere, probablemente no lo obtendrá.
Por lo pronto, la imagen del border patrol comprando frituras nos da la esperanza de que puede más una bolsita de chiccharrones y un trato amable del vendedor que cualquier ley a favor de dividir países.