Resulta frecuente escuchar que en algunos puestos de tacos, la carne que ahí se utiliza es "de perro" o "de caballo" y que incluso existen criaderos para que no falte la materia prima para el negocio.
De acuerdo a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la carne de caballo (equinos) sí está dentro de las especies permitidas, sumadas a los bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, aves domésticas, leporinos o cualquier otra especie silvestre no acuática, no así la de perro.
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De hecho, los canes están bajo el régimen de ley de protección a los animales y quienes los lastimen, castiguen o maten pueden hacerse a severas multas e incluso prisión.
Pero en algunos lugares, sobre todo en la Ciudad de México, sus alcaldías e incluso el Estado de México, mucho se ha mencionado que existen puestos de tacos a base de carne de perro.
En sorprendente declaración, la MVZ Paulina Bárcenas Cruz, titulada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguró que “la carne de perro no hace daño” para el consumo humano.
Dijo que si los perros son bien alimentados y tienen una vida de criadero, como otras especies que son comercializadas para el consumo humano, se pueden sumar a la dieta diaria.
En otros países como Corea del Sur y China, sí está permitido matar perros para el consumo humano.
¿A qué sabe la carne de perro?
Quienes han comido la carne de perro han comentado que ésta tiene sus claras diferencias con la carne tradicional.
- - El olor es fuerte, más que una pieza de res o cerdo.
- - La textura es correosa ya sea “blanda o flexible”. Esto depende del tiempo en cocción de la carne.
- - En los trozos de carne escurre mucha grasa y son difíciles de masticar.
- - La carne se pega a la tortilla, papel u objeto donde fue servido.
Estos indicativos son muestra clara que la carne de perro no es recomendable. Si usted tiene conocimiento de un lugar donde se preparen tacos u otros platillos a base de carne de perro, denúncielo a la autoridad y a la secretaría de Salud.