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Tarjetas de crédito vs tarjetas de débito: ¿cuál es la diferencia?

Las tarjetas de débito resultan una buena herramienta financiera y aliadas al momento de comprar, sobre todo si se las usa correctamente.

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Las tarjetas de crédito y las tarjetas de débito generalmente lucen casi idénticas, con 16 dígitos en el frente, fechas de vencimiento, bandas magnéticas y chips. Ambas pueden hacer que sea más fácil y conveniente realizar compras en tiendas o en línea, con una diferencia clave: las de débito le permiten gastar dinero extrayendo fondos que ha depositado en el banco, mientras que las de crédito permiten pedir dinero prestado al emisor de la tarjeta hasta cierto límite para comprar artículos.

Hoy en día la mayoría de las personas tienen al menos una tarjeta de crédito y una tarjeta de débito en la cartera. La comodidad y la protección que ofrecen son difíciles de superar, pero tienen diferencias importantes que pueden afectar sustancialmente el bolsillo. Es por esto que resulta crucial conocer las diferencias.

¿Qué es una tarjeta de débito?

Con una tarjeta de débito digital o física se realizan pagos deduciendo dinero directamente de la cuenta corriente de un consumidor, en lugar de un préstamo de un banco como sucede con las tarjetas de crédito. Las de débito ofrecen comodidad y muchas de las mismas protecciones para el consumidor que tienen las tarjetas de crédito; eso sí, solo cuando son emitidas por los principales procesadores de pago como Visa o Mastercard.

Hay dos tipos de tarjetas de débito que no requieren que el cliente tenga una cuenta corriente o de ahorros y también un tipo estándar.

  • Las tarjetas de débito estándar se asocian a una cuenta bancaria.

  • Las tarjetas de transferencia electrónica de beneficios son emitidas con el fin de permitir que los usuarios que califiquen utilicen sus beneficios para realizar compras.

  • Las tarjetas de débito prepagas brindan a las personas sin acceso a una cuenta bancaria una forma de realizar compras electrónicas hasta el monto precargado en la tarjeta.

Los consumidores mesurados pueden preferir usar las de débito, porque generalmente hay pocas o ninguna tarifa asociada, a menos que los usuarios gasten más de lo que tienen en su cuenta e incurran en una tarifa por sobregiro.

Por el contrario, las tarjetas de crédito generalmente cobran cargos anuales, por exceder el límite, por pago atrasado y otras penalidades; todo esto además de los intereses mensuales sobre el saldo pendiente.

Ventajas de usar tarjetas de débito

Las tarjetas de débito pueden ofrecer algunas bondades y otras desventajas, al igual que las de crédito.

Ayuda a evitar las deudas

Una tarjeta de débito se basa en el dinero que el usuario ya tiene, eliminando el peligro de acumular deudas.

Los minoristas saben que las personas generalmente gastan más cuando usan plástico que si pagaran en efectivo. Al usar tarjetas de débito, los consumidores impulsivos se evitan la tentación del crédito y se apegan a su presupuesto. Esto puede ayudar a mantenerse fuera de grandes deudas

Protecciones contra el fraude

Algunas tarjetas de débito están comenzando a ofrecer más protecciones como las que disfrutan los usuarios de las de crédito.

La clave es denunciar el fraude o el robo tan pronto como haya sido identificado. La responsabilidad por compras fraudulentas está determinada por el período de tiempo en el que se informa.

Esperar demasiado para informar al banco que la tarjeta se ha utilizado para compras no autorizadas podría resultar en que el usuario sea responsable de algunas o todas las pérdidas.

Sin cuota anual

Aunque muchas tarjetas de crédito cobran una tarifa anual, las tarjetas de débito no. Tampoco hay cargo por retirar efectivo con una tarjeta de débito.

Las tarjetas de crédito, por otro lado, pueden cobrar una tarifa por adelantado en efectivo, más una tasa de interés elevada. Sin embargo, permiten pagar otros cargos para mantener su cuenta corriente.

Aunque las tarjetas de débito no tienen tarifas anuales, pueden tener otras tarifas, entre las cuales se pueden incluir cargos de mantenimiento mensuales, cargos por sobregiro si se gasta de más, cargos por artículos devueltos y cargos por el uso de cajeros automáticos en otro banco o en la máquina de una institución financiera distinta a la emisora.