Ha pasado una semana desde el hallazgo del cuerpo inerte de un bebé de tres meses, en uno de los basureros del penal de San Miguel Puebla, el pequeño cadáver tenía una incisión en su abdomen y signos de asfixia, lo que probablemente fue la causa de su muerte.
Se ha acusado a el Director del centro penitenciario, Jorge Gómez Torrez y a Alfredo Vargas Quintanilla, Subsecretario de Centros penitenciarios, por el poco control que se tiene en cuanto a la seguridad en los centros penitenciarios, pues varias organizaciones civiles y activistas señalan que es imposible que un bebé ingresara al centro penitenciario y pasara desapercibido, sobre todo ahora que los controles se han restringido con la llegada de la pandemia.
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Ante los hechos el Gobernador del Estado de Puebla, Miguel Barbosa ha realizado diversos comunicados de prensa en donde ha mencionado que el menor no nació en el lugar, ni tampoco se tiene registro de que ingresara de manera legal al edificio.
Barbosa asegura que se le dará castigo a todo aquel que este relacionado con los fatales hechos, he incluso llego a calificar la naturalidad de estos hechos como un “abuso satánico” “muy grave” y “siniestro”.
“Es un hecho gravísimo que está en proceso de investigación y he estado en contacto permanente con la Fiscalía (estatal) para conocer algunos detalles”, apuntó.
Diversas organizaciones como lo son Reinserta y la Comisión Nacional de Derechos Humanos se han aliado para iniciar una investigación más detallada, además de solicitar medidas cautelares a Alfredo Vargas y a la UEFG Puebla.
Según explicó la ONG Reinserta: "El hecho refleja la crisis de derechos humanos que viven los penales de México."
Las instituciones también exigen que se garanticen los derechos humanos para todo aquel que ingrese al Centro Penitenciario, lo que incluye una revisión en los controles de vigilancia, en el ingreso y egreso, además de los interiores de las instalaciones.
Distintas hipótesis:
Han surgido distintas hipótesis respecto a la muerte del pequeño. Una de ellas apunta a que el bebé fue ingresado para traficar sustancias ilícitas en su interior y por ese motivo tenía una incisión en su abdomen, algunos otros medios informativos señalan que, el cadáver del bebé fue plantado por un agente externo al penal, quien buscaba deslindarse de las responsabilidades de su muerte, también se ha mencionado la posibilidad de que el bebé fuera víctima de un ritual realizado en el interior del penal.
Mientras las investigaciones continúan desarrollándose, cientos de personas simpatizante ante este terrible hecho unen fuerzas mediante la plataforma Change.org en donde se lanzó la campaña #JusticiaBebé en la búsqueda de ayudar a encontrar a los culpables.