Gracias al esfuerzo de un profesor de secundaria que durante la pandemia y ante falta de Internet de sus alumnos, daba clases en el ejido por medio de altavoces, en Coahuila. Una empresa automotriz le regalo un auto para seguir haciendo su trabajo.
Christian González, profesor de la escuela secundaria José Santos Valdez de Francisco I. Madero; había comentado que, en estos tiempos, para él es una alegría poder llevar el conocimiento a sus alumnos, con o sin Internet, por lo que se dio a la tarea de conseguir los teléfonos de los encargados de perifonear en los ejidos para por ese medio poder dar sus clases.
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El profesor contó que lo llamaron de una empresa automotriz de la Ciudad de México para decirle que le iban a hacer una entrevista, pues les gustó mucho su trabajo y cuando llegaron le hicieron el regalo de un vehículo para poder seguir haciendo su trabajo.
“La historia del profesor Christian es inspiradora por su fuerte compromiso con la educación de los jóvenes estudiantes, sobre todo si consideramos el contexto actual que nos obliga a buscar alternativas para convertirnos en agentes de cambio y continuar generando un impacto positivo en nuestra comunidad. Es un orgullo apoyar con herramientas que mejorarán tanto sus dinámicas educativas, como su comodidad y seguridad en los traslados”, dijo Mario Romero, Director General de Servicios de Conectividad OnStar y Experiencia al Cliente de GM de México.
También por una entrevista que le hicieron del noticiero de La Laguna, el equipo ganó un premio de periodismo y con el dinero obtenido se pudo comprar unas computadoras a Doña Pilar del ejido Colón.
En su momento se dio a conocer la historia del maestro, quien cambió un poco la modalidad de impartir las clases en los ejidos, pues durante la pandemia comenzó a ‘perifonear’ las clases con una bocina en su auto.
La historia del desempeño de Christian se dio a conocer en una radio de Saltillo, la cual tiene difusión hasta Estados Unidos, y llegó hasta Centroamérica.
Ante lo complicada de la situación económica, algunos de sus alumnos habían tenido que ir a trabajar a la pizca de nuez y no contaban con acceso a las clases digitales, por lo que Christian regaló algunas computadoras o convertidores digitales a los pequeños.