RELATOS DE TERROR EN LA VIDA REAL

"La matataviejitas" y "la tamalera": dos asesinas seriales mexicanas que no quieres recordar

Conoce la historia de 2 casos de mujeres mexicanas que demostraron que muchas veces la realidad supera la ficción; La tamalera de los portales y la mataviejitas

Por
Escrito en NACIONAL el

Los asesinos seriales no sólo existen  en las películas, nuestro país ha sido testigo de varias historias que se han desarrollado en su territorio, siendo sus calles el escenario perfecto para cometer estos crímenes. Hoy te traemos una recopilación de 5 de los asesinos mejor recordados en la historia mexicana .

La tamalera de los portales:

María Trinidad Ramírez Poblano, mejor conocida como “la Tamalera”, era originaria de Tequixquiac, en el Estado de Me´xico. Vivi´a en la calle Pirineos 15 Bis., en la Colonia Portales, junto al peluquero Pablo Di´az Rami´rez, padrastro de sus tres hijos.

Al ser víctima una vida llena de sufrimiento debido a los malos tratos de su marido. La noche del sa´bado 17 de julio de 1971, decidida a hacer justicia por su propia mano, se armó de valor para asesinar a su esposo. María Trinidad sostuvo una pistola y después de un tiro sin fallar acabó con la vida de Pablo en venganza por todo el mal que le ocasionó a ella y a sus hijos.

Pasados los días las autoridades localizaron en un lote baldío una bolsa con dos piernas y dos brazos, los peritos identificaron el cuerpo por medio de sus huellas dactilares, Al acudir al domicilio de la víctima la policía encontró un hacha, una segueta y una sierra,  sobre una silla, pero la sorpresa mayor fue al descubrir la cabeza del esposo dentro de un bote con agua fría. 

María confesó su delito y también le dijo a las autoridades lo que había sucedido con el resto del cuerpo del difunto. Al no saber cómo deshacerse del cadáver, lo mejor que se le ocurrió fue ocupar lo que mejor sabía hacer para esconder toda evidencia, entonces ¡lo preparó en los tamales que vendió durante toda la semana! mismos que después vendió a los vecinos del lugar. 

El 29 de julio de 1971  Mari´a Trinidad fue sentenciada a 40 an~os de prisio´n por homicidio y violacio´n a la ley general sobre inhumaciones y profanacio´n de cada´veres. Al cumplir su sentencia tras regresar a la libertad, fue directamente a su natal Tequixquiac donde recibió todo el apoyo de su familia y pasó el resto de sus días.

La mataviejitas:

El 25 de enero de 2006, Juana Barraza se levantó, preparó el desayuno para sus hijos Emma y José, quienes se fueron a la escuela, luego como todos los días salió de su hogar para ofrecer sus servicios como empleada doméstica. 

La tarde de ese mismo día Juana merodeaba por la calle José Jasso cuando vio a Ana María, una mujer viuda que vivía en la colonia Moctezuma, Ana María regresaba a su casa después de comprar su mandado, encorvada por el peso de las bolsas y caminando lentamente, Barraza se acercó a ella para ofrecerse a ayudarla hasta su hogar.

Dentro del departamento de Ana María, Juana le comentó que ofrecía servicios de lavado y planchado, la mujer de 84 años le ofreció 22 pesos por la docena de ropa, pero Barraza rechazo la oferta diciendo que era muy poco. "Como respuesta sólo escuchó que Ana María refunfuño: 'Así son siempre las gatas, quieren ganar demasiado'".  

Un rotundo silencio se presentó en el lugar mientras Juana tomaba un estetoscopio que había sobre la mesa, cuidadosamente se colocó detrás de la anciana y utilizando el cordón de caucho rodeó el cuello de su víctima para ahorcarla hasta dejarla sin aire.

Barraza escapó de manera inmediata, pero en el momento en el que salía del edificio, el inquilino de la anciana llegó al lugar y encontró a Ana María muerta, llamó a la policía y tras una breve persecución atraparon a Juana Barraza, quien coincidía con el retrato hablado de un asesino serial que los medios de comunicación habían nombrado La Mataviejitas.

Esta asesina termino con la vida de al menos 17 mujeres de la tercera edad ella se excusaba con el argumento de que las mujeres ancianas le recordaban a su madre, que siempre la maltrato y trató mal, aunque cabe recalcar que nunca acepto haber cometido los crímenes,

 Su modus operandi se basaba en ofrecer ayuda a las mujeres ancianas.Esta asesina fue condenada a 759 años de prisión en el reclusorio femenil de Santa Marta en donde todavía se encuentra tras las rejas.  Como dato curioso cabe resaltar que la mujer cada que cometía un asesinato utilizaba pelucas y vestía de color rojo. 

Esta es una. fotografía actual de la asesina: