La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pide reabrir el caso Mario Aburto, quien denunció sufrir actos de tortura luego de su detención en marzo de 1994.
Con estos datos, dirigió la recomendación 48VG/2021 al Fiscal General de la República (FGR), y al Comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS) por graves violaciones a los derechos humanos, integridad física y moral, actos de tortura e incomunicación en agravio al acusado, el cual cumple condena en el Centro de Readaptación Social (CEFERESO) número 12 en el municipio de Ocampo, Guanajuato.
La victima fue detenida el 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California, al finalizar un evento político en relación con el candidato a la presidencia de la republica en ese entonces, Luis Donaldo Colosio, quien sería herido de muerte horas más tarde.
En esa ocasión, Mario fue conducido a a la Agencia del Ministerio Público Federal de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) de esa ciudad en calidad de detenido y, el 25 de marzo de 1994, ingresó a las instalaciones del CEFERESO 1 “Altiplano” en Almoloya de Juárez, Estado de México. Desde entonces ha sido reubicado en continuas ocasiones, terminando el año pasado en su actual lugar de condena.
Desde hace 27 años, Mario Aburto denunció estas trasgresiones a su persona, además de la incomunicación por parte del centro de rehabilitación con la entidad regulatoria. Hace 7 meses logró ponerse en contacto con la CNDH, comentando actos de tortura a su persona desde el año de su aprehensión, pidieron también reabrir el caso para revelar la verdad de su detención y al fin demostrar la inocencia que sostiene desde el primer día de encierro.
Los familiares de Aburto denunciaron al órgano la presunta indisponibilidad de parte de las autoridades para poder ponerse en contacto con él, debido a los constantes cambios de ubicación.
Ante el caso de Mario Aburto, la CNDH reconoció su responsabilidad, luego de presentarse la ocasión en abril de 1994 para tener testimonio de la victima, garantizando una investigación justa y transparente, además de proteger al acusado de actos de tortura denunciados hasta este momento.
Jesús García