La obesidad infantil después del confinamiento será un reto de salud pública en México, aseguró Arturo Flores Hernández, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Zona (HGZ), por lo que urgió reforzar los servicios de medicina preventiva en primer nivel, detectar a todos los niños con este padecimiento y trabajar de forma integral en la familia, la escuela y los servicios médicos.
Atender la obesidad infantil en México debe ser prioridad para las autoridades de salud una vez que concluya el periodo de confinamiento por coronavirus COVID-19, urgió el funcionario.
"La pandemia que se vive no ha permitido que se lleven a cabo las rutinas adecuadas para el manejo del niño con obesidad, lo que genera, en la mayor parte de los casos, que su alimentación vaya de mal a peor, aunado a la nula presencia de actividad física", enfatizó el funcionario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
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Lo anterior, expuso, para evitar complicaciones como hipertensión y enfermedades cardiovasculares, que pondrían a los niños en más riesgo ante la enfermedad de COVID-19.
Flores Hernández refirió que si bien al no acudir a la escuela los niños no están en riesgo de contagio, el estar confinados en sus casas genera otro tema preocupante para el área de salud a nivel físico y psicológico.
«La pandemia de SARS-CoV 2 tiene una amplia gama de consecuencias que aún resulta imposible cuantificar», comentó el especialista.
El doctor indicó que desde mucho antes de la epidemia se alertó sobre el sedentarismo y la obesidad en la población infantil y las repercusiones que conllevan a la salud -como diabetes e hipertensión-, padecimientos que, puntualizó, incrementan el riesgo de presentar síntomas graves ante el SARS-Cov 2.
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Asimismo, comentó que también se previó que la población infantil incrementaría su peso durante el confinamiento, pues se empezaría a llevar una vida más sedentaria y con mala alimentación.
“En México aún nos encontramos en emergencia sanitaria, por lo que no contamos con datos acerca del impacto de esta pandemia sobre la obesidad infantil, lo que nos debe alertar ante esta nueva epidemia», enfatizó.
Arturo Flores recomendó que, una vez que concluya la emergencia sanitaria y que los niños puedan retornar a sus actividades escolares, tanto maestros como personal de salud de primer nivel, deberán identificar los determinantes familiares y psicosociales del confinamiento con relación a su alimentación.
Una parte central de la estrategia debe ser mantener y salvaguardar el bienestar físico y mental de los niños y adolescentes, puntualizó Flores Hernández.