En el embarcadero de Nativitas, en Xochimilco, la muerte del joven José Manuel “N” acabó con la fiesta en las trajineras. Ayer el lugar estaba vacío, contrario a como se encontraba antes, cuando cientos de jóvenes convertían ese cuadro en el sur de la Ciudad en un corredor de alcohol.
A las 14:30 horas, cuando el director General de Turismo y Fomento Económico de la alcaldía, José Luis Zaldívar, inició la campaña Más diversión, menos alcohol, igual a ambiente seguro, el embarcadero estaba desolado. La asistencia apenas alcanzó para que los servidores públicos encargados de la difusión de este programa pudieran acercarse a una trajinera para dar su mensaje.
Los únicos jóvenes presentes portaron frases de la campaña y al unísono soltaron el mensaje que encabeza la estrategia implementada por el alcalde José Carlos Acosta, luego de la muerte de El Chema.
La Policía Ribereña de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegó a cuatro elementos sobre el embarcadero, dos en la entrada principal y el resto para el inicio de la campaña.
Zaldívar comentó que el alcohol quedó regulado a una botella por trajinera y tres cervezas, por lo que el personal de la embarcación deberá comentar a los usuarios estas medidas implementadas desde ayer.
Dijo que el uso de chalecos no será obligatorio para los usuarios: “Las personas han caído por otras circunstancias; sin embargo, se van a implementar”.
Durante un recorrido realizado por este diario, se observaron a los responsables de las trajineras con chalecos, pero muy pocas embarcaciones eran contratadas.
Algunos comerciantes prefirieron dividirse en equipos para enfrentarse en un partido de futbol sobre el estacionamiento. No había gente a quien subir a una trajinera.
Verónica Hernández, comerciante de cervezas y refrescos, comentó a EL UNIVERSAL que estas medidas “nos afectan completamente en nuestro ingreso”, porque se limita la venta de alcohol. “Aquí lo que más vendíamos era la michelada grande, todo mundo venía por una y ahora ya no vamos a poder tener eso. La gente que viene llega con alcohol, lo que nosotros vendíamos era un plus. Nosotros no tenemos permiso de vender botellas, licores. Eso fue un gran error del alcalde, por la presión de los medios y de las redes sociales tomó una decisión, pero sin tomar en cuenta a los comercios regulados como nosotros”, expresó.
En cuanto al uso de chalecos, Verónica dijo que ellos implementaron sus propias medidas, como el uso de chalecos por las tres personas que trabajan en una trajinera, quienes saben nadar para casos en los que se requiera una pronta intervención.
Por separado, Iván Hernández, un joven que se encontraba en el embarcadero de Nativitas, comentó que aprueba las normas implementadas por el alcalde, como medida de seguridad y apoyo al medio ambiente, en específico al ajolote.
“Tampoco es un bar para estar aquí tomando, es un paseo, nada más. Estas medidas debieron haberse tomado desde antes, [pero] desgraciadamente fue por el chavo que se murió”, afirmó.