El domingo 4 de Junio fue un día de buena fortuna para un trío de aficionados a la pesca en el Río Bravo. Ese fin de semana lograron sacar un catán de casi dos metros de altura.
La adrenalina al empezar a luchar con el hilo y el anzuelo fue mayúscula. Cuando tuvieron fuera del agua al enorme ejemplar se sorprendieron al observar las dimensiones del animal acuático que pesaba más de 100 kilos.
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Catán de dos metros
Para su captura fue necesario un buen reel de pesca, con un anzuelo de tres picos y un pedazo grande de carpa como carnada.
Inri Barrera menciona que siempre va a pescar con su suegro y su padre. Su afición a este deporte les han dado grandes satisfacciones, ya que juntos han sacado alrededor de 10 catanes en los últimos años.
De acuerdo a su experiencia, la zona del río localizada abajo del parque España en el lado de Laredo, Texas, es un buen sitio para la pesca de catán, ya que en ese sector constantemente hay avistamientos del enorme pez.
Cuando nos toca la suerte enganchar un catán siempre es la misma adrenalina y emoción. Entre los tres trabajamos como equipo
El pescador narra que su suegro es el que le toca pelear primero con el catán con caña en mano, mientras que él se alista con pico para engancharlo y arrimarlo a la orilla, mientras su padre, José Luis Barrera, lo arrastra rápido a tierra firme, para evitar que se suelte y regrese a las aguas.
Con el tiempo fueron afinando ese método de captura, ya que anteriormente la emoción al pescar un ejemplar de gran tamaño les hacía perder el pescado en el momento en que intentaban remolcarlo a la orilla.
El catán pescado el domingo es un ejemplar que mide 1.95 metros (6.4 pies) de altura y un peso de 104 kilos.
La abundancia de carne siempre es aprovechable. Ese mismo día, en el patio de su vivienda, los tres se dedicaron a cocinar chicharrones de catán, un platillo condimentado con limón y salsa que resulta una verdadera delicia.
La piel del animal se puso a disecar para que quede un recuerdo del día de la captura.
Inri reflexiona de su gusto por la pesca:
Yo creo que todo pescador debe saber que es un logro sacar un pescado así, ya que consume tiempo y fuerza, pero al final todo vale la pena ya que uno se siente bien feliz al ver lo grande que es el pescado al capturarlo.
El catán de casi dos metros capturado en el Río Bravo, es una recompensa de estos laredenses que hacen de su afición, aparte de soltar la adrenalina, un buen rato de convivencia familiar.