La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) confirmó que el meteorito de McAllen medía aproximadamente 2 pies de ancho (60 centímetros) y pesaba aproximadamente 1,000 libras (453.5 kilos).
Los expertos creen que la roca que provino del espacio se rompió en varios pedazos antes de tocar el suelo alrededor de las 6:00 p.m. del pasado miércoles cerca de McAllen, Texas.
El meteorito de McAllen
La NASA dijo en su comunicado oficial respecto a la caída del meteoro:
"Aunque los meteoritos tienden a golpear la atmósfera de la Tierra a altas velocidades, disminuyen la velocidad a medida que viajan a través de la atmósfera, rompiéndose en pequeños fragmentos antes de tocar el suelo. Los meteoritos se enfrían rápidamente y, en general, no son un riesgo para el público".
La agencia espacial publicó un mapa que muestra el área donde probablemente aterrizaron esparcidos los meteoritos.
El video de una cámara de seguridad de un hogar texano capturó una fuerte onda expansiva y la reacción de las aves en el momento justo en que cayó el meteorito. El meteorito sacudió una amplia zona con casas debido al estampido sónico.
Los residentes cercanos al área del impacto describieron la vibración extrema de las ventanas y un temblor similar al de un terremoto al momento de la caída del bólido.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que el meteorito que se avistó como una bola de fuego que surcó el cielo de McAllen, fue tan brillante que los satélites pudieron detectarla de inmediato. Además, los pilotos de dos aeronaves reportaron avistamientos que reportaron al mismo instante que caía.
"El meteoro visto en los cielos sobre McAllen es un recordatorio de la necesidad de que la NASA y otras organizaciones aumenten nuestra comprensión y protección de la Tierra, combinen la experiencia científica y de ingeniería para avanzar en la exploración espacial humana, integren la investigación terrestre y planetaria para promover nuestra comprensión del sistema solar y promover misiones espaciales exitosas mitigando el riesgo", dijo la NASA.
Alrededor de uno o dos pequeños meteoritos similares ingresan cada año a la atmósfera para caer en territorio de los Estados Unidos cada año y, a menudo, se dividen en fracciones de roca que golpean el suelo con gran violencia.
La Agencia exhortó a las personas que encuentren este tipo de material sideral para que se comuniquen con el Instituo Smithsoniano para que puedan ser estudiados por expertos.