El lunes se reanudarán los vuelos a Venezuela, repatriando indocumentados, tal y como ocurrió el miércoles 18, desde el aeropuerto de Harlingen, Texas, son todos los que cruzaron entre Del Río y Brownsville.
Cada vuelo parte con un número de 100 a 150 personas, es parte del cumplimiento dentro de los procesos migratorios que se llevan a cabo con solicitantes de asilo o con aquellos que entraron ilegalmente por las aguas del río Grande, extranjeros que se entregaron o fueron capturados en suelo estadounidense.
Es deportación vía vuelos comerciales tipo charters, de adultos solos o clanes familiares, para dar respiro en la carga de trabajo para ICE (la Fuerza de Aduanas y Migración) y a DHS (Departamento de Seguridad Doméstica).
El día 18 partió un vuelo a Venezuela desde Harlingen, ahora el lunes 30 se repite en la frontera de Texas con México. Los vuelos son para los sudamericanos de ese país que ingresaron a Estados Unidos, después del 31 de julio de este año. Niños sin compañía, familias o adultos solos, serán deportados por la Fuerza de Aduanas y Migración (ICE) junto con ERO o Fuerza de Operaciones de Expulsión, perteneciente al Departamento de Seguridad Interna (DHS).
La repatriación de estos millares de inmigrantes es parte de las tareas de procesos de la fuerza de migración. El miércoles en la frontera de Harlingen con Tamaulipas, saldrá uno de los tantos vuelos comerciales tipo charters hacia Sudamérica, esta vez a Venezuela.
El 20 de septiembre, el secretario de Seguridad Doméstica, Alejandro N. Mayorkas, anunció la extensión y reasignación de los TPS (Estatus de Protección Temporal) para los venezolanos.
Es decir, se amplió el periodo de gracia, se pasó de la fecha límite de ingreso que era del 8 de marzo del 2021, al nuevo tope del 31 de julio del 2023, (dos años y casi cinco meses más) la oportunidad para quienes ingresaron a Estados Unidos, para pedir asilo político o residir legalmente en la Unión Americana.
Los que se quedaron gracias al TPS, no quiere decir que serán aprobados, pero sí que tendrán derecho a un proceso migratorio para decidir quién se queda y quiénes no son aceptados para permanecer en suelo estadounidense.
Después del 31 de julio, todos los que llegaron a territorio norteamericano, invariablemente, serán deportados, repatriados a su país, como ocurre con este vuelo del lunes 30 de octubre, a Venezuela.